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La carrera electoral en Chile arranca sin relevo generacional

El 20% de los chilenos asegura que no votará en 2017 por falta de nuevos rostros

Los candidatos presidenciales de izquierda a derecha: Alejandro Guillier, Isabel Allende, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera.
Los candidatos presidenciales de izquierda a derecha: Alejandro Guillier, Isabel Allende, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera.
Foto: Internet
17 de septiembre de 2016 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal en Chile

Falta más de un año y medio para las elecciones presidenciales de fines de 2017 en Chile, pero la carrera para suceder a Michelle Bachelet ha comenzado. En medio de un descrédito generalizado respecto de los políticos locales por sendos casos de corrupción y ausencia de caras nuevas, ya se están configurando las principales candidaturas. En lo más alto de las encuestas figuran por ahora como favoritos los expresidentes Ricardo Lagos (socialista) y Sebastián Piñera (centroderecha). Pero hay más cartas en juego.

Mientras la oposición a Bachelet ya tiene prácticamente lista su carta presidencial -Piñera-, las fuerzas de la centroizquierda que conviven en la alianza oficialista Nueva Mayoría de Bachelet están configurando a sus posibles candidatos presidenciales. Lagos (2000-2006) ya anunció que volverá a postular a La Moneda y lo mismo hizo el sábado la senadora socialista Isabel Allende, hija del fallecido presidente Salvador Allende, derrocado por Pinochet en 1973.

Por primera vez una de las hijas de Salvador Allende se lanza en una aventura presidencial. Isabel Allende es la presidenta del Partido Socialista (PS) y goza de una buena evaluación ciudadana respecto del rol que ha ejercido desde hace años como parlamentaria. “He explicado mi voluntad de ser candidata si así lo deciden los socialistas”.

Además de Allende, otra carta presidencial del PS chileno es José Miguel Insulza, exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y actual agente chileno en el litigio con Bolivia en La Haya.

De este modo, el Partido Socialista deberá definir en elecciones internas (primarias) quién será finalmente su candidato a la Presidencia. Así, Lagos no la tendrá para nada fácil. A pesar de su apoyo entre personas de mayor edad, son los jóvenes quienes lo rechazan, ya que consideran que su gobierno mantuvo el modelo heredado de Pinochet, con énfasis en lo privado por sobre lo público. Pese a que Lagos es visto como un político serio y de larga trayectoria, muchos chilenos estiman que ya pasó su hora.

Precisamente, la irrupción de la candidatura de Lagos en la agenda chilena y la probable primaria con Allende e Insulza, confirma que la política local no se ha renovado. En ese sentido, es probable que La Moneda la terminen disputando dos expresidentes, algo inédito en la historia reciente del país. Además de Lagos y Piñera, Allende e Insulza son rostros conocidos, pero muy relacionados con la política actual.

El problema para ellos es que en los últimos años los chilenos apostaron por cambios o por candidatos  con cierta ‘novedad’. Pasó en 1999 cuando Lagos fue electo como el primer socialista en alcanzar el gobierno después de Salvador Allende; en 2005 cuando Bachelet fue electa como la primera mujer presidenta o en 2009 con Piñera, el primer empresario en llegar a La Moneda que no era parte de la Concertación.

En este escenario ha irrumpido la figura del senador y periodista Alejandro Guillier, independiente, pero ligado al Partido Radical, que forma parte de la Nueva Mayoría. Sin embargo, según la encuesta de Cadem, en caso de segunda vuelta, Piñera le ganaría de manera cómoda a Lagos, Allende, Insulza e incluso a Guillier. Por ejemplo, Piñera le vencería a Lagos por 42% contra 24%. Y a Guillier le ganaría por 41% a 34%.

Según los analistas, la falta de figuras nuevas ha generado que al menos el 20% de los chilenos asegure que no votará en 2017. Ese porcentaje será probablemente más alto, advierten los expertos. En Chile el voto dejó de ser obligatorio en 2012, pero eso hizo que aumentara la abstención (en las elecciones donde resultó electa Bachelet en 2013 votaron 5,6 millones de un total de 13,5 millones). Al mismo tiempo, solo el 48% se mostró seguro de que acudirá a las urnas el próximo año. (I)

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