EE.UU. se queda solo en la ONU en su defensa de la respuesta israelí en Gaza
Estados Unidos defendió en solitario la respuesta de Israel a las protestas en Gaza durante una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que una mayoría de países cuestionaron la actuación israelí que dejó unos 60 palestinos muertos.
Varios Estados miembros y la propia ONU, además, reclamaron una investigación independiente sobre lo sucedido el lunes 14 de mayo y exigieron a Israel que limite el uso de la fuerza.
El único país que se desmarcó claramente del sentir general del Consejo de Seguridad fue Estados Unidos, el gran aliado de Israel, que culpó exclusivamente al movimiento islamista Hamás de la violencia y le acusó de utilizar a civiles como escudo para tratar de llevar a cabo ataques.
"¿Quién entre nosotros aceptaría este tipo de actividad en su frontera? Ningún país en esta sala actuaría con más contención que Israel", dijo la embajadora estadounidense, Nikki Haley, durante el debate.
Según fuentes diplomáticas, Estados Unidos impidió que el Consejo de Seguridad adoptase una declaración sobre los hechos, en la que se pedía una investigación imparcial.
Haley, además, aseguró que lo sucedido no tiene ninguna conexión con el traslado de la embajada de EE.UU. a Jerusalén y acusó a Irán de estar detrás de "los terroristas de Hamás".
"Aquellos que sugieren que la violencia en Gaza tiene algo que ver con el emplazamiento de la embajada de EE.UU. están sumamente equivocados", insistió.
La diplomática defendió esa decisión de la Casa Blanca y consideró que no puede haber ningún acuerdo de paz que no incluya a Jerusalén como capital israelí.
"Reconocer esta realidad hace la paz más factible, no menos", dijo Haley, que pidió al resto de países que se unan a la apuesta de EE.UU. por un "paz creíble, realista y duradera".
En respuesta, sin embargo, una mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad reiteraron su oposición al movimiento estadounidense e insistieron en que el estatus de Jerusalén solo puede definirse en un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
Algunos, como Rusia, advirtieron que las "acciones unilaterales" estadounidenses están teniendo un impacto negativo sobre el terreno y desestabilizando aún más la situación.
Además, con más o menos firmeza, casi todos criticaron la respuesta dada por Israel a las protestas en la frontera de Gaza y el alto número de víctimas.
Bolivia, por ejemplo, pidió que la Corte Penal Internacional (CPI) investigue "los crímenes cometidos" contra los palestinos durante las manifestaciones de las últimas semanas.
Otros, como los países de la Unión Europea, insistieron en que "las fuerzas de seguridad israelíes deben abstenerse de un uso excesivo de la fuerza contra civiles desarmados".
"El uso de la fuerza letal debe ejercerse con la máxima contención y solo como último recurso para proteger vidas", señalaron en una declaración conjunta Francia, el Reino Unido, Holanda, Suecia y Polonia.
A título nacional algunos de ellos fueron más allá, tildando la respuesta israelí de "inadecuada y desproporcionada" y condenando los "injustificados" disparos "indiscriminados" contra manifestantes, como hizo el embajador francés, Francois Delattre.
Varios países, al mismo tiempo, subrayaron la necesidad de que las protestas de los palestinos sean pacíficas y acusaron a Hamás de utilizarlas para amenazar a Israel.
Los Estados árabes también quisieron mostrar su unidad, arropando al embajador palestino, Riyad Mansur, que criticó la inacción de Naciones Unidas ante el sufrimiento de la población civil.
Kuwait, el representante árabe en el Consejo de Seguridad, anunció que tiene previsto presentar una propuesta de resolución para que se ofrezca protección internacional a los civiles palestinos.
"Queremos que el Consejo haga algo", explicó el embajador kuwaití, Mansur Al Otaibi, que no quiso adelantar detalles sobre qué tipo de mecanismo se propondrá, pero que sí avanzó que no sería una misión de mantenimiento de la paz de la ONU.
Israel, por su parte, defendió que lo que otros llaman manifestaciones son "disturbios violentos" en los que se está intentando penetrar en territorio israelí para causar daños.
"Hamás ha cometido crímenes de guerra no solo contra civiles israelíes, sino también contra su gente, convirtiéndolos en escudos humanos", dijo el embajador israelí, Danny Danon.
"Cada víctima resultado de la reciente violencia es una víctima de los crímenes de guerra de Hamás", insistió. (I)