Lo ha dicho hasta la propia presidenta Michelle Bachelet: la caída del precio del cobre  preocupa. Y no es para menos. La mayor parte de la economía de Chile se sustenta por este mineral, del cual es el mayor productor. No por nada, en el país se dice que el cobre “es el sueldo (salario) de Chile”.

Sin embargo, esta semana el precio de este mineral llegó a su menor nivel desde 2003 (1,97 dólares la libra), mientras que el dólar subió a 730 pesos chilenos, en parte por los problemas que enfrenta la economía china.

“Son noticias que preocupan. El mundo está conectado, no somos indiferentes a lo que sucede a nivel internacional, pero estamos trabajando y creemos que estamos preparados para proteger a los ciudadanos, mantener el crecimiento económico y atraer más inversión extranjera”, afirmó Bachelet durante el Foro Internacional de Inversiones en Chile 2016, encuentro que reunió a 21 países con intereses en el país sudamericano.

Hasta ahora, el precio más bajo se había registrado en mayo de 2009, cuando el cobre se cotizó en $ 1,99  la libra en la Bolsa de Metales de Londres. Para Chile, cualquier baja, por más mínima que sea, afecta de sobremanera a la economía local y más aún si se trata de una caída tan importante como la actual.

Para Chile, cada centavo de dólar en el precio promedio anual del cobre supone unos $ 40 millones en impuestos y $ 90 millones en términos de balanza de pagos. Según cifras de la Sociedad Nacional de Minería, por cada centavo de dólar promedio anual que cae el precio del cobre, Chile deja de percibir $ 130 millones.

El propio ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, ha reconocido que “son noticias malas en el sentido de que el cobre es un ingreso importante para el fisco y esto significa menos ingresos. Nos hace ser más cautos con nuestros ingresos fiscales y con nuestros gastos. Tendremos un año con menos holguras que antes”, explicó el funcionario.

En 2015, el precio cayó 19%. El año pasado se esperaba que la minería aportara $ 3.157 millones al Estado, pero con la libra de cobre calculada en $ 2,52.

Si se mantiene este escenario la producción chilena de cobre tendrá un crecimiento nulo en 2016 al igualar las cifras de 2015, que llegaron a 5,8 toneladas. Todos son números muy lejanos a los $ 14.000 millones que aportó la minería al Estado en 2007, antes del comienzo de la crisis financiera mundial.

Pero Valdés ha intentado transmitir calma a los mercados, empresarios y a la ciudadanía en general. “No hay que sobrerreaccionar. Tenemos la capacidad de por un tiempo ver que esta situación se estabilice y una vez estabilizada, evaluarla y si es necesario hacer correcciones”, señaló el hombre que maneja las finanzas chilenas.

Para tener una idea de cómo afecta a Chile la baja del precio del cobre hay que remitirse a 2011, apenas cinco años atrás, cuando debido a la fuerte demanda de China, el precio del cobre alcanzó los $ 4,5  la libra.

La caída de los precios no solo afecta a la pequeña y mediana minería, y a la estatal Codelco, sino que también podría tener un importante efecto en las reformas estructurales planteadas por Michelle Bachelet.

Hace unos días se puso en marcha la gratuidad para los estudiantes de menores recursos en la educación universitaria, pero la promesa de la presidenta es extender este beneficio a todos los alumnos a partir de 2020.

Sin embargo, con menores ingresos fiscales esta meta podría verse afectado. “No debemos malgastar y debemos priorizar aún más, pero ciertamente temas como la gratuidad (universitaria) son temas que hay que cuidar”, afirmó Valdés.

El problema es que el presupuesto chileno para este año se confeccionó con un valor estimado del cobre de $ 2,50 por libra. Los cálculos de crecimiento de la economía chilena se sitúan por debajo del 3%, pero podría ser aún menor (poco más de 2%) precisamente debido a la caída del precio del mineral. “Pese a la baja de los commodities, la economía chilena ha sido resilente y los problemas internacionales los enfrentamos con la solidez de nuestra economía”, dijo Bachelet. (I)