Santiago de Chile.- Más de trece millones de chilenos están llamados a participar mañana por primera vez en unas elecciones primarias para escoger a los candidatos de las coaliciones políticas que competirán por la presidencia del país en noviembre próximo.

Esta cita con las urnas, considerada por la mayoría de los analistas como un experimento político que busca democratizar un sistema electoral cuestionado por sus graves carencias, está regulada por una ley que también preveía la participación ciudadana para designar a los candidatos parlamentarios.

Sin embargo, los partidos políticos mayoritarios finalmente desestimaron esta vía y optaron por confeccionar de manera tradicional las listas de aspirantes a la Cámara de Diputados y el Senado.

A las primarias se presentan cuatro candidatos por el pacto opositor Nueva Mayoría, integrado por la centroizquierdista Concertación y el Partido Comunista, y dos por la Alianza por Chile, que agrupa a los partidos que respaldan al gobierno de Sebastián Piñera.

En la coalición oficialista se enfrentan dos veteranos políticos de la derecha chilena, el exministro de Defensa Andrés Allamand, militante del partido Renovación Nacional, y el extitular de Economía Pablo Longueira, dirigente de la Unión Demócrata Independiente.

En la oposición se enfrentan la expresidenta Michelle Bachelet, designada candidata por los partidos Socialista y Por la Democracia y apoyada por los comunistas; su exministro de Hacienda, el independiente Andrés Velasco; el militante de la Democracia Cristiana, Claudio Orrego y el líder del partido Radical Socialdemócrata, el senador José Antonio Gómez.

Los vencedores competirán en las presidenciales del próximo 17 de noviembre junto a otros seis candidatos independientes, entre ellos el líder y fundador del Partido Progresista, Marco Enríquez Ominami, un exmilitante socialista que en los comicios de hace cuatro años obtuvo el 20% de apoyo.

La celebración de primarias se enmarca en un intento por reformar las instituciones políticas y el sistema electoral chileno emanado de una Constitución que, aunque ha sido reformada varias veces, tiene su raíz en la dictadura militar.

La reforma de este modelo se puso a prueba en los comicios municipales celebrados en octubre del pasado año, en los que por primera vez los chilenos pudieron votar de forma no obligatoria y sin tener que inscribirse previamente, si bien registraron una elevada abstención que rondó el 60 por ciento.

Otra novedad ha sido la celebración de debates televisivos, que se caracterizaron por la cordialidad de las intervenciones y ligeras diferencias programáticas de los candidatos en los temas de gratuidad de la educación, la reforma de la Constitución y del sistema privado de pensiones,  el matrimonio homosexual y el aborto, entre otros.

Los pronósticos sobre quién será el ganador no arrojan duda en el caso de la oposición, donde la expresidenta Bachelet aparece en una posición muy aventajada. La duda es mayor en el caso del oficialismo, donde el grado de participación de los electores definirá si el aspirante presidencial es Andrés Allamand o Pablo Longueira.