Quiebre entre las Coreas
Delegados de Corea del Norte se retiraron de una oficina de enlace con Corea del Sur. Las posiciones de ambos gobiernos se endurecen luego del fracaso de la cumbre entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, celebrada el 28 de febrero.
De acuerdo con el Ministerio de Unificación de Corea del Sur, los miembros del personal de Corea del Norte que se encontraban en la oficina se fueron por “instrucciones de la autoridad superior”, una referencia aparente a Kim.
El diario The Washington Post, tras la fallida cumbre, indica que Trump insiste en que Corea del Norte debe tomar medidas reales para desmantelar los esfuerzos nucleares antes de que se alivien las sanciones económicas impuestas.
Sin embargo, las imágenes satelitales publicadas a principios de este mes sugieren que Corea del Norte ha reconstruido los sitios de lanzamiento y prueba de cohetes.
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, considera que es un retroceso de parte de Corea del Norte e indicó que tiene dudas sobre el futuro de sus iniciativas transfronterizas, entre ellas, los intercambios deportivos, culturales y la vinculación de los sistemas ferroviarios.
“Los norcoreanos son dueños de la presión pública, y está claro que decidieron que eso es lo necesario en este momento tanto para Estados Unidos como para Corea del Sur”, dijo el analista Mintaro Oba.
Para Oba, quien fue funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos especializado en las dos Coreas, explicó que el retiro de la oficina no significa que el “proceso más amplio” se desmorone y podría ser una táctica para presionar a Seúl y Washington para obtener concesiones.
Desde el colapso de la cumbre de Hanói, el Gobierno de EE.UU. insiste en que el proceso diplomático sigue vivo y que está dispuesto a reanudar las conversaciones con Corea del Norte para llegar a un acuerdo. (I)