Mientras Rusia y las potencias occidentales miden fuerzas en una guerra de sanciones comerciales, en el este de Ucrania el conflicto armado volvió el jueves a escalar luego de que 2 misiles derribaron otro avión militar y un helicóptero del ejército, y otro impactó en un hospital dentro del principal bastión separatista, la sitiada ciudad de Donetsk.

El ejército ucraniano informó que uno de sus aviones caza fue derribado cuando sobrevolaba Yenakievo, la localidad natal del derrocado presidente prorruso Viktor Yanukovich, no muy lejana de donde fue derribado el avión malayo hace 2 semanas.

“Seguramente fue derribado por un sistema de misiles Buk”, aseguró al diario digital Ukrainskaya Pravda el vocero militar Vladimir Selezniov, en referencia al tipo de armamento que, según Washington, fue utilizado por las milicias prorrusas para abatir el avión malayo comercial en el que murieron casi 300 civiles.

Los combates seguían ayer en el este de Ucrania donde 15 militares murieron, mientras Rusia concentraba tropas en la frontera ucraniana y el gobierno de Kiev anunciaba sanciones contra 172 personas y 65 empresas, principalmente rusas, acusándolas de haber apoyado la anexión de Crimea o de financiar la rebelión prorrusa en el este del país.

La embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Samantha Power, por su parte, acusó ayer a Rusia de querer aprovechar la grave situación humanitaria en el este de Ucrania para intervenir aún más en esa región.