Científicos lograron reconstruir el virus mortal
Cuando el planeta fue devastado por la gripe española ni siquiera se sabía que era a causa de un virus. Para 1997 los conocimientos sobre genética avanzaron lo suficiente para intentar reconstruir la causa.
John Hultin, un médico californiano, organizó una segunda expedición a Alaska para buscar muestras de tejido pulmonar de víctimas de la epidemia que pudieran haberse conservado en la tierra congelada después de casi 80 años. La primera vez, en 1951, las primitivas técnicas no le permitieron extraer el virus. Esta vez consiguió la muestra del tejido de una mujer con sobrepeso cuya grasa protegió los pulmones de la descomposición, y después de ocho años de trabajo de ingeniería genética, en el año 2005 un equipo de científicos logró un hito histórico: la reconstrucción de un organismo ya extinguido. Su sorpresa fue mayúscula: el virus de la gripe española de 1918 lograba reproducirse 40.000 veces más que una gripe común.
El sistema inmunitario de los ratones utilizados en la prueba no resistió la invasión. Todos murieron en unos pocos días. Eso explica que durante la pandemia en algunos sitios virtualmente exterminara a toda su población. “La gripe remodeló las poblaciones humanas de una forma más radical que ningún otro acontecimiento desde la peste negra”, sostiene la historiadora Laura Spinney.
Terminada la Primera Guerra Mundial, representantes de diversos gobiernos firmaron tratados de paz y crearon la Sociedad de las Naciones (hoy Naciones Unidas) que, entre otros objetivos, se comprometió a evitar la propagación de enfermedades. Muchos países crearon ministerios de sanidad o tuvieron que reorganizarlos. (I)