Chile repudia a crímenes de dictadura
La alfombra luctuosa que acompaña la frase del Nunca Más regresó a Chile en los últimos 12 días, con la reapertura del Caso Quemados y revelaciones inéditas por documentos desclasificados en Estados Unidos.
Con el Caso Quemados, el rostro de Carmen Gloria Quintana, rociada con gasolina y quemada viva junto con Rodrigo Rojas hace 29 años en esta capital, se convirtió en indispensable cuando parece que por fin se hará justicia.
Ella y Verónica de Negri, la madre de Rodrigo, quien no sobrevivió a las quemaduras y falleció a los 19 años de edad, han puesto sobre el tapete varios asuntos que además de dolor, provocan ira entre la mayoría de los chilenos.
En estos días también volvió a la palestra el ensañamiento contra el cantautor Víctor Jara, torturado y luego acribillado con 44 disparos de bala el 16 de septiembre de 1973. Sus asesinos recibieron nuevas condenas.
Luego, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, anunció la traducción de documentos desclasificados por el Gobierno de Estados Unidos, ahora puestos a disposición de la justicia.
El diplomático se refería así a los documentos publicados hoy en la página web del Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, entre los cuales el dictador Augusto Pinochet aparece de encubridor del Caso Quemados.
He sostenido una conversación con el juez Mario Carroza para expresarle la disponibilidad de la Cancillería para colaborar con sus investigaciones del Caso Quemados, en particular acerca de lo documentos desclasificados, anotó.
De acuerdo con las revelaciones de los textos que ya trascendieron, Pinochet fue el principal encubridor y rechazó investigar lo ocurrido a los jóvenes quemados vivos por militares en 1986.
El ministro de Exteriores remarcó la intención de Chile de insistir con Washington para que desclasifique también las palabras o renglones borrados o tachados. "A mi modo de ver, el material existente es abundante y con muchos pormenores", acotó.
Los desclasificados procedentes de la Casa Blanca, la CIA y el Departamento de Estado, indican que el encubrimiento duró casi 30 años e incluyó secuestro e intimidación de testigos, así como el ejercicio de presión sobre jueces y abogados chilenos.
Durante una protesta contra la dictadura, Rojas, un joven fotógrafo, y Carmen Gloria Quintana, de 18 años, estudiante universitaria, fueron quemados vivos el 2 de julio de 1986 y lanzados luego a una zanja en las afueras de Santiago.
Lograron salir de la zanja y con ayuda fueron llevados a atención hospitalaria. Rodrigo falleció 96 días más tarde y Carmen Gloria sobrevivió, pero con graves secuelas, con quemaduras en el 65 por ciento en su cuerpo.
Tanto la psicóloga residente en Canadá y la madre de Rodrigo, radicada en Washington, impulsan en estos momentos en Chile campañas para que se terminen los privilegios a los militares manchados con violaciones a los derechos humanos.
El clamor general igualmente exige la eliminación total de fotos o alegorías a Pinochet, Manuel Contreras, el tenebroso exjefe de la policía secreta del dictador, y el cese de pensiones a militares que estuvieron involucrados en delitos. (I)