Fiscalía de Chile investiga por abuso sexual a 158 laicos y miembros del clero católico
Un total de 158 miembros de la Iglesia católica chilena -obispos, sacerdotes y laicos- son investigados como autores o encubridores en casos de abuso sexual a menores y adultos que se extienden por casi seis décadas, según un catastro revelado por la Fiscalía Nacional.
Los casos hacen referencia a 144 investigaciones sobre hechos ocurridos desde 1960 a la fecha e involucran a 266 víctimas -178 de ellas niños, niñas y adolescentes-, según los datos entregados en rueda de prensa por el fiscal Luis Torres.
"En su gran mayoría los hechos denunciados corresponden a delitos sexuales cometidos por sacerdotes, párrocos o personas vinculadas a establecimientos educacionales", dice el catastro entregado este lunes.
La Fiscalía explicó que fueron incluidos en el levantamiento todos quienes formaban parte del clero al momento de la comisión de los delitos, obispos, sacerdotes o presbíteros y diáconos, así como "personas pertenecientes a la vida consagrada", es decir, "hermanos, monjes, frailes y religiosos".
El catastro incluye, además, a "personas laicas que ejercían alguna función en el ámbito eclesial", como los coordinadores de las áreas pastorales de colegios.
De los investigados, 74 no pertenecen a ninguna congregación religiosa, mientras que 65 son, en su mayoría, miembros de los salesianos y maristas.
La investigación identifica también a 10 laicos.
Sobre las víctimas, 178 de ellas son niños, niñas y adolescentes; 31 adultos y "58 sin precisar, relacionados a casos denunciados con anterioridad" a la vigencia de la Reforma Procesal Penal (RPP), que comenzó a operar en Chile en el año 2000.
En la actualidad, hay 34 investigaciones vigentes con diligencias pendientes y 107 ya concluyeron. En 23 de los casos hubo sentencias condenatorias y un caso terminó en absolución.
El papa Francisco aceptó la renuncia de cinco obispos chilenos, cuatro de ellos señalados como encubridores de abusos sexuales de sacerdotes. El pontífice ha criticado duramente a las jerarquías de la iglesia chilena por el trato que dieron a las denuncias de las víctimas. (I)