El Gobierno de Chile decretó una emergencia ambiental en la ciudad de Quintero, luego de detectar una alta emisión de dióxido de azufre en el aire.

El pasado 26 de julio también se reportó el derrame de 40.000 litros de diésel en la isla Guarello.

Las autoridades de Quintero investigan el origen de la sustancia en el aire, por lo que se suspendieron las actividades física y deportiva, incluyendo las clases de gimnasia en los colegios.

Asimismo, las autoridades efectuaron un llamado general a la población a no utilizar fuentes de calefacción contaminantes.

Por otra parte, el derrame de 40.000 litros de diésel en una terminal de acero, a 250 kilómetros al noroeste de Puerto Natales y a 2.200 kilómetros de Santiago, la capital chilena, todavía no ha mostrado sus efectos.

Según la agencia France 24, el líquido terminó en el mar de la isla Guarello, en la austral región chilena de Magallanes.  El lugar del incidente es parte del territorio ancestral de la comunidad indígena Kawésqar.

Según el diario Bio Bio, “la Armada desplegó el domingo un amplio operativo para mitigar los efectos del derrame. El mismo logró recuperar casi un tercio del agua contaminada”.

Aunque no se reportó ninguna persona afectada  directamente por la situación, las organizaciones ambientales y las autoridades criticaron la eficiencia del plan de contaminación que el Gobierno aplica en el lugar desde mayo de este año, debido a las constantes emergencias ambientales que se   registraron.

El diputado por la zona Diego Ibáñez (izquierda), miembro de la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Representantes, dijo a la agencia Sputnik que la situación “ya parece un chiste”.

El parlamentario sostuvo que los estándares medioambientales en Chile son muy bajos, y aseguró que “algunas de las empresas que están en Quintero también funcionan en Estados Unidos y allá se los obliga a contaminar cinco veces menos que acá”. (I)