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Los resultados se conocerán a inicios de 2018

Chile efectuó un censo marcado por la migración

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, participó como voluntaria en el censo de población en Santiago.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, participó como voluntaria en el censo de población en Santiago.
Foto: AFP
22 de abril de 2017 - 00:00 - Alejandro Tapia, corresponsal en Santiago

Desde el retorno a la democracia se transformó en una tradición republicana hacer un censo poblacional cada 10 años. Así, se llevó adelante una consulta en 1992, 2002 y en 2012. Sin embargo, el problema fue que el último censo, calificado en esa época por el gobierno de Sebastián Piñera (centroderecha) como “el mejor de la historia”, derivó en un rotundo fracaso por lo que el proceso tuvo que repetirse el miércoles.

Aunque “abreviado”, el censo que se efectuó en Chile contó con 520.000 voluntarios, que casa por casa realizaron un cuestionario de 21 preguntas. “Es una información sobre vivienda y población que es clave para las decisiones que se toman día a día”, afirmó la presidenta Michelle Bachelet.

En Chile la información del censo es vital para la implementación de las políticas sociales, por eso que el estrepitoso fracaso de la consulta de 2012 se convirtió en un dolor de cabeza. El censo falló porque en vez de ocupar un solo día para la medición, se llevó un período mayor de tiempo.

El censo del miércoles fue de tal magnitud que incluso contó con la supervisión de observadores internacionales.

“Se generó un reencuentro con una tradición histórica y con las estadísticas”, afirmó David Bravo, director del Centro de la Universidad Católica de Encuestas.

“Haber tenido tantos voluntarios es impresionante, con una cantidad gigante de gente”, agregó.

En la consulta se desplegaron todos los recursos del Estado. Hasta la propia presidenta Bachelet fue de casa en casa para que respondan el cuestionario. Como anécdota, en una de las viviendas su morador la recibió en ropa de dormir. La Armada también desplegó 25 embarcaciones.

A cada voluntario, principalmente a los jóvenes, le pagaron $ 30 y se encargó de visitar entre 15 y 20 viviendas.

Juan, estudiante de secundaria y voluntario, manifestó a EL TELÉGRAFO que el proceso fue rápido. A partir de las 09:00 inició y a las 16:00 tenía censadas todas las casas que le encargaron. Luego, el cuestionario, que respondieron los habitantes del domicilio encuestado, incluso los niños, fue entregado a un centro de cómputo para su análisis final que estará resuelto en los próximos meses.

El resultado se conocerá a comienzos de 2018 y el próximo censo se llevará a cabo en 2022, para no perder la medición cada 10 años.

A diferencia de otros censos, este tenía 21 preguntas y en general la consulta estuvo marcada por la inmigración, fenómeno creciente y visible y que forma parte del nuevo paisaje chileno.

El número de migrantes se duplicó en los últimos 10 años y se disparó a 470.000 en 2016, según cifras del Departamento de Migración.

Las comunidades que aumentaron son las de colombianos que de 2,4% subió a 6,1% en 10 años y de los haitianos. De todos modos, aún las más grandes en términos numéricos son la peruana, argentina, boliviana y ecuatoriana. Por eso, no fue extraño ver el miércoles a censistas de estos países colaborando en el proceso, algo destacado por la ciudadanía.

En medio de esta nueva realidad, a la que la mayoría de los chilenos no está acostumbrada, el censo no incluyó ninguna pregunta sobre nacionalidad, religión, ni discapacidad. Así, para medir los flujos migratorios y la movilidad social la pregunta que se hizo fue “¿En qué país o comuna vivía usted en abril de 2012?”. También se preguntó lo siguiente: “Cuando usted nació ¿En qué comuna o país vivía su madre?”.

Como la inmigración marcó este nuevo censo, el foco de la prensa local estuvo puesto en este tema.

Así, por ejemplo, el diario La Tercera de Chile constató el testimonio de un censista que reveló el hacinamiento en el que vive parte importante de la comunidad haitiana en barrios, como el de Quilicura, de la periferia de Santiago.

El censo también dejó de manifiesto otro de los problemas no resueltos en Chile, el conflicto mapuche, en el sur del país.

Así, en algunos sectores de la región de la Araucanía, las comunidades mapuches impidieron el paso de los censistas, por lo que el proceso no pudo llevarse a cabo en cuatro localidades. (I)

DATOS

Los censistas efectuaron la medición durante 12 horas en las que cubrieron más de seis millones de viviendas, con un cuestionario de 21 preguntas sobre las personas que viven en la casa, sexo, edad y nivel de educación, entre otros datos que servirán para determinar el número de habitantes en Chile.

La presidenta Michelle Bachelet censó 18 viviendas en la populosa comuna Renca, en el oeste de Santiago, provocando sorpresa a los habitantes de las casas.

En los casos de viviendas que no fueron empadronadas el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que serán censadas en los próximos días.

El Gobierno chileno decretó feriado obligatorio este miércoles y el cierre del comercio para que los ciudadanos estuvieran en sus hogares. (I)

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