Candidatos chilenos difieren en educación
Sin encendidos cuestionamientos, el miércoles concluyó el debate de los nueve candidatos a la presidencia de Chile, quienes coincidieron en la necesidad de revolucionar el sector educativo en el país, tras considerar que ha caído en la segregación y el clasismo, donde el lucro o beneficio económico cobra mayor importancia que una educación de excelencia.
Durante la segunda y última jornada de la mesa redonda presidencial de cara a los comicios del próximo 17 de noviembre con una eventual segunda vuelta el 15 de diciembre, el representante del partido Ecologista Verde, Alfredo Sfeir, propuso crear un mecanismo que permita eliminar el lucro a quienes privatizan la educación; al tiempo que colocó como factor importante la necesidad de facilitar la enseñanza a los sectores rurales donde las escuelas están siendo cerradas “quizá por razones estratégicas”; por lo que reiteró que la educación debe ser adaptada a lo rural, local, regional y nacional.
Sin embargo, el candidato Franco Parisi aseguró que el problema educativo es tan grande que no se puede solucionar de una vez “porque eso lleva tiempo”, y optó por una solución en escala, comenzando con el mejoramiento del sueldo de los profesores, así como la recuperación de las infraestructuras. Una postura similar tuvo el candidato presidencial Matthei Plos, quien manifestó que en su plan de gobierno no está eliminar de manera instantánea el lucro en el sector.
No obstante, la abanderada por el partido Nueva Mayoría, Michelle Bachelet, indicó que la única forma para resolver este flagelo es con una reforma profunda a la educación que asegure una educación donde no se seleccione a los estudiantes por clase social para ingresar a un instituto educativo, que permita el fortalecimiento de la educación pública a través de la desmunicipalización, “porque el tema de la educación debe ser responsabilidad del Gobierno central”.
Por su parte, Evelyn Matthei, de la Unidad Demócrata Independiente, comentó que en materia de educación primaria y secundaria “es evidente que se debe ir avanzando a una educación publica”, aunque aclaró que, en lo que respecta a las universidades, los más ricos deben pagar por su educación.
Por último, Matthei aseguró que, si se cambia la Constitución -como propone Bachelet-, los problemas cotidianos de los chilenos seguirán y encima se acabarán las subvenciones para los colegios religiosos y las clases de religión.
Mientras que la candidata Roxana Miranda abogó por una educación para todos sin discriminación, tras argumentar que la educación es un derecho.
En tanto, Marco Enríquez-Ominami, candidato del Partido Progresista, propuso que en lugar de financiar a las Fuerzas Armadas, la llamada ley reservada del cobre se emplee para subvencionar la educación gratuita.
Tras manifestar que siente “simpatía personal” hacia Bachelet, Enríquez-Ominami abogó por reformar el código penal para endurecer las penas por los delitos “de cuello y corbata”, al tiempo que se mostró en contra de criminalizar a los inmigrantes.
Antes del debate fue difundido el sondeo de intención de voto del Centro de Estudios Públicos (CEP), el cual dio un 47% de respaldo a la expresidenta Michelle Bachelet, e incluso la dio ganadora en primera vuelta y sin necesidad de acudir a un balotaje, tema que fue desmerecido por los candidatos oponentes.