Niños sirios sin acceso a móviles se pierden la educación a distancia
El profesor de matemáticas Muhammed Ahmed da clases frente a una cámara como parte de las medidas de aprendizaje a distancia para ayudar a los niños que viven en los campos de refugiados sirios a continuar su educación.
“Debido a la epidemia de coronavirus, evitamos que los estudiantes se reúnan, esto es por el bienestar y protección, tanto de los niños como de las familias. De esta forma comenzamos a enseñar lecciones frente a la cámara”, mencionó Ahmed.
La enseñanza a distancia se ha impuesto en la Siria en guerra, al igual que en otras partes del mundo, debido a las medidas contra el coronavirus. Una solución que, sin embargo, se vuelve complicada en un país con las infraestructuras deterioradas y donde la electricidad e internet, por ejemplo, funcionan solo a ratos. Además, muchos de los niños desplazados que no tienen acceso a un teléfono móvil se pierden las clases.
“Debido a la guerra, la educación de mis hijos se ha interrumpido. Pero quiero mantener su educación. Además, la educación a distancia se inició después de la epidemia de coronavirus. Pero no tengo un teléfono móvil. No tengo la oportunidad de comprar un teléfono tampoco. Nuestra situación es muy mala “, dijo Abu Halit Humusi.
En este país en guerra desde 2011, más de un millar de escuelas han sido dañadas, destruidas o se encuentran en zonas peligrosas, según la oenegé británica Save the Children.
Este conflicto armado ha dejado sin educación a alrededor de 280.000 niños, según Unicef.
La situación es especialmente desastrosa en los campos de desplazados, donde decenas de miles de familias viven en la miseria, hacinados en tiendas o alojamientos precarios, con acceso a la electricidad solo algunas horas gracias a paneles solares. (I)