“Este es un día histórico”. Con estas palabras, la presidenta Michelle Bachelet destacó ayer la promulgación de la reforma tributaria, con la que espera financiar sus ambiciosos, pero necesarios cambios al sistema educativo y programas sociales. A través de las nuevas reglas para el sistema de recaudación de impuestos, se espera obtener nada menos que $ 8.300 millones adicionales por año hacia 2018.

“La reforma tributaria que estamos promulgando hoy (ayer) es un instrumento poderoso que dará a Chile más y mejores oportunidades de desarrollo, con inclusión”, explicó Bachelet. La implementación será gradual y la idea central es aumentar la carga tributaria en tres puntos del Producto Interno Bruto (PIB). Los $ 8.300 millones corresponden al 3% del PIB.

La idea fuerza del gobierno socialista chileno ha sido “que los que ganen más, paguen más”. En ese sentido, Bachelet puso énfasis en que los cambios impositivos van a permitir que el Estado cuente con los recursos para ampliar y mejorar los derechos sociales, principalmente en materia de educación, cuya reforma es discutida en el Congreso. Se espera que la mitad de lo recaudado se destine a financiar la reforma estructural de la educación y la otra mitad para la construcción de 20 hospitales.

En una importante señal, la Presidenta aseguró también que la promulgación de la reforma es muy relevante en el contexto de la desaceleración económica que vive Chile, ya que “entrega una nueva señal de certidumbre y reglas claras a los agentes económicos”. Precisamente ese fue el mensaje que Bachelet también entregó a los inversionistas extranjeros durante su reciente paso por Nueva York a propósito de la Asamblea General de Naciones Unidas.

La economía chilena efectivamente ha sufrido una desaceleración este año. Así, se ha expandido a su menor ritmo desde 2010. De hecho, este año se espera un crecimiento económico de solo 2%, mientras que el desempleo subió en julio al 6,5%, frente al 5,7% de julio de 2013. Sin embargo, en el presupuesto de 2015 que será presentado por el Gobierno la próxima semana, está contemplado incorporar $ 2.300 millones provenientes de la reforma tributaria.

Bachelet insistió en que la reforma tributaria beneficiará especialmente a los sectores más vulnerables y también a la clase media. De esta manera, la mandataria dijo que los otros objetivos de la reforma son generar una mayor equidad tributaria para mejorar la distribución del ingreso; crear nuevos incentivos al ahorro y la inversión; disminuir la evasión de impuestos para que los contribuyentes paguen efectivamente lo que les corresponde. En Chile, es una práctica común el intento para evadir impuestos.

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Cigarros y bebidas alcohólicas

En cuanto a la proyección de recaudación, en 2014 será el 0,29% del PIB, pero en 2015 aumentará al 0,94% del PIB, mientras que en 2016 será 1,82%; en 2017, 2,29%; y en 2018, 3,02%. Se espera que las principales fuentes para recaudar los $ 8.300 millones serán los aportes provenientes por las modificaciones al impuesto a la renta (1,46% del PIB), el aumento de recaudación por efecto de un mayor control de la evasión de impuestos (0,52% del PIB) y el gravamen a la reventa de inmuebles nuevos y a la limitación al uso del crédito especial en IVA a la construcción (0,36% del PIB).

Al mismo tiempo, la reforma tributaria implicará un alza de los impuestos a las grandes empresas, del actual 20% al 27% de forma gradual. La oposición al Gobierno ha atribuido la incertidumbre y los cambios relacionados con esta reforma al clima de desaceleración económica. También se han opuesto a la eliminación de un beneficio para la reinversión de utilidades que, según el gobierno de Bachelet, se prestaba para elusiones, calculadas en al menos $ 1.400 millones por año.

A pesar de que el conglomerado oficialista Nueva Mayoría (ex-Concertación) tenía los votos suficientes en el Congreso para que la reforma tributaria se aprobara sin mayores contratiempos -la Cámara de Diputados la ratificó por mayoría-, en el Senado se llevó a cabo una serie de negociaciones para incorporar parte importante de los aspectos más cuestionados por la oposición de centroderecha. Aquello porque la idea de Bachelet era que la reforma contara con el respaldo del más amplio espectro político chileno, algo que finalmente ocurrió.

La reforma también implicará cambios en los precios de bienes de consumo, como cigarrillos y bebidas alcohólicas. En cuanto al tabaco, actualmente se aplica una tasa ad valorem de 60,5% y una tasa de 5 pesos chilenos por cigarro ($ 1 es igual a 600 pesos chilenos). Pero a partir de ahora, la tasa bajará a 30%, la mitad, pero se aumentará en ocho veces el impuesto específico. En el caso de los vinos y cervezas se gravarán con una tasa de 20,5% (hoy es de 15%) y los destilados como el pisco 31,5% (actualmente 27%).

A juicio del ministro de Hacienda, Alberto Arenas: “En Chile están dadas las condiciones para que nuestra economía vuelva a una senda de crecimiento y se dinamice nuestra economía. Las instituciones funcionan y tenemos una estabilidad macroeconómica. Tenemos una sana y robusta posición fiscal”.