Acusaciones y crisis que tuvo que afrontar Benedicto XVI
La Iglesia que deja Benedicto XVI arrastra diversos acontecimientos que se acentuaron a partir del 2005: una curia dividida, ausencia de vocación y inexistencia del papel de la mujer en la Sede; a esto hay que agregarle el freno a la restauración de la unidad de los cristianos, el Ecumenismo, punto débil de la Iglesia en estas épocas, pero el más fuerte es la pederastia clerical, casos de abusos sexuales que enlodaron la imagen del Pontífice.
La presunta acusación de corrupción financiera es una de las acusaciones que colocó en la categoría dos de “nivel medio de riesgo”, al Vaticano. Así es como entra a la lista de los 68 estados del mundo que están involucrados con el lavado de dinero, el 8 marzo del 2012. Meses después de emitida esta información por el Gobierno de Estados Unidos, autoridades europeas comunicaron que el Vaticano contaba con métodos internos para monitorear los delitos financieros.
Otra de las situaciones que tuvo que enfrentar fue aquella en la que Paolo Gabriele, mayordomo, sustrajo documentos que informaban supuestas conspiraciones entre cardenales , así como también corrupción entre líderes católicos y empresarios italianos. Estos documentos fueron parte de la correspondencia entre el Papa y su secretario privado.
A raís de este incidente, JP Morgan, banco estadounidense cerró la cuenta del banco del Vaticano en Italia debido a la no confiabilidad financiera de la Santa Sede.
El Vaticano obtiene recursos de varias fuentes: las inversiones, ingresos por bienes raíces, donaciones, Diócesis, instituciones, más el presupuesto que tiene por separado para sus museos (que se autofinancia con venta de entradas) y la oficina postal, esta última que obtiene ingresos por la venta de estampillas, monedas, medallas y ventas de publicaciones.
A pesar de la obtención permanente de estas entradas, el Vaticano no estuvo excento de atravesar un período de pérdida de 14890 millones de euros gracias a la crisis mundial.