24 muertos en inicio de incursión terrestre en Gaza; Israel dispuesto a "ampliar" operación
El Gobierno de Israel se declaró dispuesto este viernes a "ampliar" su operación terrestre en la Franja de Gaza, iniciada dos horas antes de la medianoche de ayer (hora local), en una nueva fase de la actual ofensiva militar denominada "Margen Protector".
"Mis instrucciones (...) son de prepararnos a ampliar de forma significativa la operación terrestre" dijo el primer ministro, Benjamin Netanyahu, al iniciarse una reunión ministerial.
El jefe del Ejecutivo israelí insistió en que la incursión se decidió "después de agotar todas las opciones (...) Y siendo conscientes de que el precio a pagar puede ser alto". También responsabilizó al movimiento islamista Hamas de las víctimas que se produzcan en el conflicto.
La entrada de las tropas después de 10 días de bombardeos aéreos tiene como objetivo -según el gobierno israelí- destruir los túneles utilizados por los combatientes de Hamas para transportar sus armas y penetrar en Israel, para llevar a cabo ataques.
"No es posible solucionar (el problema) de los túneles desde el aire únicamente, nuestros soldados hacen también eso en el terreno", explicó Netanyahu.
De momento, Israel asegura que no tiene la intención de tomar el control de Gaza, enclavada entre Israel, Egipto y el mar Mediterráneo.
Hasta el momento la ofensiva terrestre en Gaza ha causado la muerte de al menos 24 palestinos, elelevando a 265 el número de víctimas mortales -75% civiles según la ONU- desde el 8 de julio cuando Israel inició sus bombardeos aéreos. Ello, pese a las peticiones de la comunidad internacional de intentar evitar pérdidas civiles.
Del lado de Israel, un soldado murió el jueves por la noche.
Según un responsable de la ONU, unas 30.000 personas se refugiaron en sus instalaciones en esta franja de tierra palestina de 362 km2, donde se agolpan en plena miseria 1,8 millones de personas, sometidas desde hace años a un bloqueo israelí.
La mayoría de los enfrentamientos se produjeron en el sur de este territorio, en Jan Yunes y en Rafah, y en el norte, cerca de la frontera con Israel.
Un "alto precio"
Hamas, considerado en Occidente e Israel como una organización terrorista, prometió que Israel pagará "un alto precio" por haber entrado en Gaza, en una operación "destinada al fracaso".
"El inicio de la ofensiva terrestre israelí en Gaza es un paso peligroso, cuyas consecuencias no se han calculado", dijo el portavoz de Hamas, Fawri Barhum, en un comunicado.
Un 70% de la Franja de Gaza estaba privada de electricidad, según la Oficina de electricidad del enclave. El norte estaba particularmente afectado.
Los imanes de las 1.400 mezquitas de Gaza exhortaron este viernes a los creyentes a ser "fuertes y pacientes". "La victoria llegará", prometieron.
Esta es la primera ofensiva terrestre en Gaza desde la llevada a cabo en diciembre-enero 2008-2009 que causó la muerte de unos 1.400 palestinos. Esa operación no puso fin a los lanzamientos de cohetes desde Gaza contra Israel, que originó los actuales ataques militares del Estado hebreo.
Unos1.164 cohetes fueron lanzados en dirección a Israel desde que comenzaron las hostilidades, y el sistema de defensa antimisiles (Cúpula de Hierro) interceptó 320 de estos proyectiles, según el Ejército israelí.
La prensa israelí aplaudió este viernes la decisión de penetrar en el enclave. Para Yediot Aharonot, el asalto terrestre era necesario pues la campaña de bombardeos aéreos "se orientaba hacia un empate", ya que Hamas proseguía con sus lanzamientos de cohetes.
"No hay garantía de que la operación terrestre sea un éxito", matizó sin embargo el diario. El propio Netanyahu aseguró que no había "garantía de éxito a 100%".
En el plano diplomático, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, llega este viernes a Egipto y el sábado viaja a Israel, para hablar sobre la forma de poner fin al conflicto.
Su homólogo estadounidense John Kerry exhortó por su parte a Israel a evitar los "daños colaterales".
Por otra parte, Israel decidió este viernes reducir su personal diplomático en Turquía después de las violentas manifestaciones antiisraelíes en Estambul y Ankara.