El Arena Fonte de Salvador será hoy el escenario de un encuentro con un panorama distinto al previsto antes del inicio del Mundial: Irán buscará los octavos de final, y Bosnia, ya eliminada, salvaguardar el honor.

El cuadro asiático tiene, de forma imprevista, opciones para superar la fase de grupos, y el europeo, debutante mundialista en Brasil, perdió las chances con sus derrotas contra Argentina y Nigeria.

El conjunto que dirige el portugués Carlos Queiroz deberá hacer algo que no ha conseguido ante Nigeria (0-0) ni Argentina (0-1), marcar goles y esperar que el campeón africano caiga ante la ‘albiceleste’.

Por ello el conjunto iraní está obligado a combinar su solidez y esfuerzo defensivo con más vocación ofensiva y acierto, algo de lo que ha carecido hasta ahora.

Los elogios al dispositivo de contención de Irán han sido unánimes, pero en el escenario actual es imprescindible que, sin perder la seriedad, la solidaridad atrás, muestre más en ataque. En los dos partidos iniciales Irán tuvo ocasiones para haber anotado, pero no le acompañó el acierto, y es algo que, si quiere estar en octavos, debe corregir hoy.

Así lo reflejó Queiroz, que dejará el cargo al concluir el Mundial: “El objetivo es que se mantenga la concentración y que los jugadores conviertan las ocasiones”.