El Boing 747 de 2 pisos con la bandera alemana en alto y con la leyenda ‘Vuelo de campeones - Hinchashansa’ (combinación de hinchas y Lufthansa), fue lo primero que vieron millones de aficionados alemanes frente a sus televisores y en las pantallas gigantes colocadas en diversos puntos de Berlín, en una transmisión en directo de los canales ARD y ZDF, que duró 5 horas sin interrupción.

La aeronave que los trasladó a Brasil fue la encargada de regresar a casa a los héroes, que eran esperados por los hinchas en el aeropuerto y que se apostaron a lo largo del recorrido de la Fan-Meile, (las millas de los hinchas). Este avión obtuvo permiso para sobrevolar el centro de Berlín para que los jugadores observen a la multitud que los estaba esperando. Este mismo avión volará por los cielos de todo el mundo durante los próximos 18 días con esta leyenda en honor a los 18 goles marcados por la selección teutona en este Mundial.

Ríos de personas aplaudían, saludaban y fotografiaban a los seleccionados durante todo el recorrido que a bordo de un bus y a una velocidad más que mínima les daba tiempo a fanáticos y jugadores para lanzarles camisetas o banderas y recibirlas de vuelta con sus autógrafos.

Las calles y avenidas fueron cerradas desde el lunes. El resguardo policial fue numeroso debido a los 400 mil seguidores de los campeones apostados en las veredas y a varios kilómetros de masa humana que se aproximó a la antigua entrada de la ciudad y símbolo de Berlín -la emblemática Puerta de Brandenburgo- para ver de cerca a quienes traían a casa la cuarta estrella.

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Todo se desarrolló en un ambiente de alegría total, que estuvo matizado por la cantidad de niños que tuvieron día libre en sus escuelas, otros ya disfrutan de las vacaciones de verano y por ello fueron parte destacada de este inolvidable recibimiento.

El recorrido de más de 3 horas y media finalizó en la parte posterior del monumento, la avenida 17 de Junio se convirtió en una mancha alborotada que coreaba a todo pulmón “campeones”, mientras veían en la pantalla central cómo uno por uno sus ídolos bajaban del bus. Ellos firmaron el libro de honor de la ciudad y una hoja extra que irá al museo olímpico de Berlín. Con este preámbulo inició el show.

Un punto emocionante de este recibimiento multitudinario fueron las lágrimas de Klose al escuchar su nombre coreado por todos los fans y compañeros, acto que fue iniciado por Tonni Kross. Miroslav atinó a agradecer y abrazar emocionado a Kross. Más artistas, cientos de balones lanzados a los aficionados, saltos, gritos, bromas, muchas fotos y mucha alegría dejaron imágenes impresionantes para el futuro y para cientos de niños que junto a sus padres vivieron la conquista de Alemania en Brasil 2014.