La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, defendió el legado de las obras vinculadas al Mundial y afirmó que la FIFA había indicado que los estadios serían construidos o reformados por la iniciativa privada, en un encuentro con corresponsales en la residencia presidencial, la noche del martes pasado.

Según Rousseff, cuando Brasil asumió la sede de la Copa del Mundo, la FIFA había indicado que los estadios serían edificados con la inversión de entidades privadas. Pero cuando el Gobierno vio que no salía “medio estadio”, entonces lanzó líneas de financiación para que pudieran construirse.

La mandataria destacó que la mayoría de la inversión pública en la Copa “es para Brasil” y no para el Mundial. Y puntualizó que las obras de movilidad urbana se aceleraron porque muchas ciudades no las habrían planificado en años, aunque reconoció que buena parte se terminarán después del torneo.

Las críticas llueven sobre el Mundial, que se inaugurará el 12 de junio, especialmente por las inversiones públicas destinadas a los estadios y que los brasileños reclaman para servicios de transporte, salud y educación. Preguntada sobre los consejos que daría a los próximos países que serán sede de la Copa del Mundo, Rousseff dijo: “Tengan mucho cuidado con la matriz de responsabilidad” del país para el evento, y que sea bien pensado “lo que van a aceptar y lo que no”, aunque dio pocos detalles al respecto.

La presidenta también se refirió a las manifestaciones que puedan repetirse durante el Mundial, como las que irrumpieron en plena Copa de Confederaciones en 2013. “Garantizaremos la seguridad de las personas”, aseguró Rousseff.

En la cena en el Palacio Alvorada con un grupo de corresponsales, llamada a ser un encuentro informal sin grabaciones en la que los periodistas podían tomar algunas notas, la presidenta se mostró distendida y animada por la victoria de 4-0 el martes de la selección brasileña en un amistoso contra Panamá.

Rousseff se declaró confiada en las posibilidades de victoria de la ‘canarinha’. Reconoció que sigue a renglón todas las supersticiones que los brasileños aplican al fútbol, mientras tocó madera varias veces e indicaba que mantendrá los dedos cruzados durante el Mundial, en un año en el que también se jugará su reelección en octubre.