Alejandro sabella formó un plantel a su medida
Argentina reza para que Messi sea un ‘Lio’
“Espero lío. Que acá dentro va a haber lío va a haber, que acá en Río va a haber lío va a haber”. Las palabras del papa Francisco durante su visita a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud, en julio de 2013, retumban un año después en los corazones argentinos. Suenan premonitorias. Los hinchas de la selección albiceleste toman al pie de la letra la frase del Papa argentino y rezan para que su máximo ídolo y crack del FC Barcelona, Lionel Messi, más conocido como ‘Lío’, le haga honor a su apodo en Brasil, ‘tierras enemigas’.
El papa Jorge Bergoglio está hoy en varias publicidades argentinas de cara al Mundial con ese llamado a ‘hacer lío’ en Brasil. Nadie toma mal la tergiversación de sus palabras. A los hinchas les resulta simpático ver al Pontífice entre las imágenes futboleras. Al fin y al cabo, Francisco es uno de ellos como hincha de su querido San Lorenzo.
Tal es su fanatismo que la propia presidenta brasileña Dilma Rou-sseff, en una reciente visita al Vaticano, le pidió medio en broma, medio en serio, que por favor mantenga ‘neutralidad’ durante la Copa del Mundo. Pero con un Papa propio en el Vaticano y con la frase siempre latente de que ‘Dios es argentino’ (como se llaman a sí mismos los argentinos), los fanáticos le rezan a Francisco para que ‘Lio’, el verdadero ‘Lio’, les traiga otra vez la corona. ¿O acaso alguien duda en Argentina de que Bergoglio no será neutral? Una publicidad española se adelantó a la respuesta y muestra a un doble del Papa, de espaldas, con un rosario en la mano, escuchando por radio una hipotética final entre España y Argentina. Cuando el relator grita un gol español, el supuesto Papa le da un fortísimo golpe con la mano a su escritorio. El Papa argentino, en este Mundial, es sinónimo de fútbol.
¿Pero podrá Messi hacer ‘Lio’ en Brasil? Los argentinos confían en que sí. Sin embargo, el astro del Barcelona no llega en su mejor momento al Mundial. Una serie de lesiones lo marginaron en los últimos meses, durante varios períodos, de las canchas. Y además su rendimiento, como el de todo el Barcelona, mermó en la recta final de la Liga española y en la Champions, donde quedó eliminado en cuartos de final por el Atlético Madrid.
Messi fue el centro de todas las críticas de la prensa española, en medio de debates interminables en los que se preguntaba ¿qué le pasa a Lionel Messi?
Hoy las cosas cambiaron para el crack. Hasta hace unos años esas dudas y preguntas se hacían en Argentina por su escaso aporte cuando jugaba con la selección nacional, mientras en Cataluña se lo idolatraba al extremo con actuaciones inolvidables. En su país natal, a Messi se lo miraba de reojo, con desconfianza, con más dudas que certezas. Y el jugador no brillaba. Los argentinos no se sentían identificados con un jugador que hasta consideraban ‘extranjero’, ya que se había ido a España a los 13 años.
“No lo ayudaba el hecho de no haber jugado nunca en un club de la Argentina, lo que significa una identificación muy grande de hinchas con el jugador”, opina el director del diario deportivo Olé, Leonardo Farinella, en un documental sobre el astro.
Pero todo cambió en las últimas Eliminatorias. Messi hizo un ‘click’ y comenzó a jugar y a comandar el equipo, se adueñó de la cinta de capitán y fue el estandarte que llevó a la selección ‘albiceleste’ a clasificar sin problemas al Mundial y llevarla hasta el podio de la clasificación FIFA con grandes actuaciones. Cambió los silbidos por aplausos y vítores. Hoy a Messi se lo quiere y respeta en su país natal, donde nadie lo critica, mientras en Barcelona surgen preguntas sobre su futuro. Todo al revés que hace un par de años.
Incluso, Messi llega al Mundial de Brasil, en su tercera Copa del Mundo, con una edad justa. El 24 de junio, en plena competencia, cumplirá 27 años, cuando la mayoría de los futbolistas llega a la madurez de su carrera. Messi no tendrá la explosividad que ostentaba a los 19 años, pero a su favor posee una lectura de juego que lo convierte en un arma letal.
El técnico Alejandro Sabella le ha dado todos los gustos. Ha dejado afuera a Carlos Tévez, ‘el jugador del pueblo’, para no opacar su liderazgo e idolatría. Sin embargo, deberá lidiar con una deficiencia que la selección argentina viene arrastrando desde hace años: a su enorme poderío ofensivo, le contrapone una débil línea defensiva y un arquero, como Sergio Romero, que es suplente en el Mónaco francés y que solo ha jugado 8 partidos esta temporada. Recen por mí, suele pedir el Papa. Y los argentinos le hacen caso. Le rezan al Papa para que rece por Messi. Por Messi, el ‘todopoderoso’. Para que haga ‘Lio’ en Brasil.