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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Pequeñas cifras, grandes logros

Elena Borja tiene una tienda de abarrotes en el sector de Chimbacalle, al sur de Quito. Es el único local de comercialización de esos productos en varias cuadras, por lo que su clientela es muy importante dada su ubicación, frente a la Estación de Ferrocarriles del Ecuador.Ella sintió la necesidad de ampliar su negocio por la afluencia de gente producida por el atractivo turístico, por lo que solicitó un crédito 5-5-5 al Banco Nacional de Fomento (BNF), entidad líder de la banca de desarrollo en el país. “Me ayudaron muy rápido y con ello pude adquirir un frigorífico nuevo y mejorar la seguridad de mi negocio con una nueva puerta lanfor”.

“Pedí 5.000 dólares y ya los estoy pagando, aún me faltan dos años, pero no puedo negar que el préstamo me ha sido útil, apenas pueda voy a sacar otro para seguir equipando mi tienda”, aseveró la comerciante.Como ella, existen muchos emprendedores de los barrios más populares de Quito beneficiados con microcréditos.Otra historia es la de María Lema, quien se benefició de un Crédito de Desarrollo Humano por 420 dólares para terminar de pagar la pequeña parrilla donde prepara los pinchos y plátanos asados, que vende a los transeúntes de la avenida Maldonado, en el sector de la Villaflora, sur de Quito.

Ella era beneficiaria del Bono de Desarrollo Humano hasta el año pasado y pocos meses después de que empezó con su negocio. “No me va mal” indicó, pues comercializa entre 50 y 60 pinchos diarios a un dólar, y más de 80 plátanos a 50 centavos, lo que le ha permitido tener la capacidad para contratar a una ayudante, a quien paga el sueldo básico y
está en trámites para afiliarla a la seguridad social. “Se siente bien darle trabajo a alguien con la misma situación en la que yo estuve hace poco”, señaló la ciudadana mientras atendía a uno de sus clientes.

Según el Censo Económico realizado en 2010 por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), 80.409 personas trabajan en microempresas (de hasta nueve colaboradores), lo cual demuestra que el sector en el Ecuador se está convirtiendo en uno de los motores generadores de plazas de empleo.

Esto se debe básicamente al cambio de la matriz productiva en el país, contemplado en el Código Orgánico de la Producción, articulado que establece una sustitución estratégica de las importaciones por medio de programas de fortalecimiento a la industria nacional. Para cumplir ese objetivo, ha sido primordial la democratización del
acceso a microcréditos para la población vinculada a los sectores comercial y productivo, pues así tendrán la oportunidad de mejorar sus índices de productividad y de generar empleo. Del total de empleos generados en el sector, el 36,48% pertenecen al comercio, razón por la cual quienes solicitan créditos para mejorar negocios ya establecidos son quienes mantienen el primer lugar en el ranking de solicitudes de créditos al Banco de Fomento.

Borja está muy consciente de ello, pero ha optado por darles trabajo a sus familiares; sus hijos de 20 y 18 años, y los fines de semana le ayuda su hermana. “Con ellos es más fácil y de lo que gano les doy algo de dinero”, indicó.
Ambas comerciantes forman parte del universo de 1,5 millones de cuenta ahorristas del BNF, quienes tienen acceso a 153 agencias y sucursales en 130 cantones del país. Esta red se ampliará en 12 oficinas más dentro del próximo año y la entidad espera llegar a los 222 cantones del país.

Créditos asociativos y cuentas de ahorros

El Banco Nacional de Fomento cuenta con dos productos adicionales al microcrédito: Producefomento y Ahorrafomento, siendo el primero orientado específicamente al proceso de aseguramiento de la soberanía
alimentaria del país, pues se enfocan a los sectores agrícola, ganadero, de la pesca y avícola, entre otros.

Dentro de Producefomento, está el Crédito Asociativo, servicio que entrega préstamos productivos de hasta 100.000 dólares y se destina a organizaciones debidamente constituidas en el país, conforme lo establecen los ministerios, organismos seccionales y entidades del sector público. Los beneficiarios contarán con la supervisión y asistencia técnica del Ministerio de Agricultura (Magap). Por otra parte, están los servicios de cuentas de ahorro, corriente y
depósitos a plazo fijo, que entregan a sus clientes tarjetas de débito para la adquisición de insumos productivos.

Además pueden ser utilizadas en todos los cajeros automáticos de la empresa Banred a escala nacional. Los cuenta correntistas también tendrán acceso, a una chequera Los depósitos a plazo fijo tienen un valor mínimo de 250 dólares y un plazo de 31 días.

Microcréditos en el sector privado

La iniciativa privada también forma parte de la entrega de microcréditos productivos, pues las cooperativas de ahorro y crédito se han convertido en un sector en franco crecimiento con el fin de aportar con financiamiento a la economía popular y solidaria. Según estadísticas proporcionadas por la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (ABPE), entre 2005 y 2011 la entrega de microcréditos por parte del sector privado se incrementó de un total de 354 millones a
1.020 millones de dólares, es decir, hubo un crecimiento superior al 188%.

Holger Chicaiza, propietario de un taller de vulcanización ubicado en la avenida Occidental, en el norte de Quito, logró abrir su negocio gracias a un microcrédito privado. “Este momento estoy terminando de pagar el préstamo que obtuve a un plazo de seis años”, comentó, y agregó que quiere adquirir en un futuro equipos para ofrecer servicios de
reencauchaje de neumáticos. Él instaló su negocio propio en un terreno heredado por su familia.

“Comencé con un préstamos de 4.500 dólares, con eso compré los equipos, construí la caseta y ahora el negocio está bien”, afirmó el emprendedor, quien gana entre 80 y 100 dólares diarios. “Gracias a mi primer microcrédito ahora tengo dos trabajadores, mi sobrino y el hijo de un compadre”, señaló.

No obstante, los créditos para estas cooperativas se encuentran especialmente orientados hacia los sectores rurales con énfasis en la adquisición de equipos, insumos y terrenos para la producción agropecuaria.Édgar Gordillo, productor avícola de la zona de Yaruquí, parroquia ubicada al oriente de la capital, aseveró que pudo potencializar su
negocio gracias a un microcrédito de 1.000 dólares, con el cual construyó dos gallineros. Ahora una de sus metas es comercializar sus pollos con las más grandes compañías de alimentos que operan en el país.

Respecto al desarrollo de la iniciativa privada, Luis Chango, gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Mushuc Runa, aseveró que el sector cooperativista otorga más préstamos actualmente. “La banca prefiere entregar estos beneficios solamente a clientes con calificación A”, explicó, y calificó al futuro de las microfinanzas en el Ecuador como un área con alta expectativa de crecimiento por su orientación hacia todos los públicos.

“Al parecer la banca está preocupada más por mantener los índices de liquidez que por la ganancia”, señaló el ejecutivo, y agregó que la institución sí está prestando dinero a los socios, diversificando los préstamos, recomendando a sus clientes el buen uso del dinero, privilegiando la productividad, sin dejar de atender también el consumo. Nunca es buena idea cerrar las puertas a los emprendedores, inversionistas y visionarios”, aseveró el administrador.

Al 30 de septiembre de este año, la cooperativa contaba con activos por más de 125 millones de dólares y sus índices de liquidez están sobre el 12% exigido por la Superintendencia de Bancos y Seguros (SBS), ubicándose como promedio anual en un 14,91%, un síntoma positivo a criterio de Chango, quien destacó que sus prestamistas no incumplen con el pago de sus haberes.

“Para quienes buscan crédito: manejen los recursos con inteligencia y sabiduría, impulsen el desarrollo, la productividad, sin olvidar que el ahorro contribuye a la grandeza de los pueblos”, indicó, y agregó que “fácil es endeudarse, pero se debe saber a ciencia cierta cómo se va a responder con responsabilidad ante ese compromiso”.

Según el INEC, en 2011 el cooperativismo registró 3,3 millones de clientes, siendo las entidades con mayor número de usuarios las cooperativas 29 de Octubre con 327.679 cuentas activas, seguida de Juventud Ecuatoriana Progresista con 234.219, Jardín Azuayo con 216.754, Coopccp con 194.884 y la Cámara de Comercio de Ambato con 157.453 socios.

Control en las microfinanzas

Para el manejo del sector público y privado de las microfinanzas, se creó la Superintendecia de la Economía Popular y Solidaria (SEPS), entidad que regula a las cooperativas y asociaciones.Son 5.510 las organizaciones microfinancieras del sistema de la Economía Popular y Solidaria (EPS), que operan en el país, divididas en 3.827 cooperativas de producción, consumo, vivienda, servicios, asociaciones productivas y organizaciones comunitarias; además de 1.683 asociaciones, categoría en la que se incluye a las cooperativas de ahorro y crédito, las cajas solidarias y de ahorro, las cajas centrales y los bancos comunales.

Según datos de la SEPS, en el mercado ecuatoriano de cooperativas de ahorro y crédito se manejan aproximadamente 3.500 millones de dólares al año en préstamos. Hugo Jácome, titular de la entidad, espera que a
partir del próximo año, cuando la totalidad de los actores se haya registrado, la cifra se incremente exponencialmente. El sector de las finanzas populares será, desde 2013 importante promotor de crédito en el país, tomando como base las enseñanzas dejadas por el sistema de cooperativas que cuenta con una amplia experiencia en el Ecuador, explicó el funcionario.

Sin embargo, la EPS también deberá contribuir con el cambio de la matriz productiva. La economía solidaria se conceptualiza como una alternativa al capitalismo para enfrentar los efectos dañinos de las políticas de ajuste estructural, explica José Luis Coraggio en su libro “Crítica a la Política Social Neoliberal: Las Nuevas Tendencias”.

Según datos del INEC, la Sierra es la región del país que concentra la mayor parte de colocaciones y captaciones del sistema de cooperativas de ahorro y crédito, pues en 2010 -año en que se realizó el Censo Económico- el promedio mensual de captaciones en la región interandina fue del 78,97%, mientras que las demás regiones sumaban el restante 21,03%. Respecto a las colocaciones, la Sierra sigue encabezando la lista, con una participación del 78,35%, mientras que la Costa, la Amazonia y las Islas Galápagos conforman el 21,65%.


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