Panorama fiscal empresarial
Las ventas de las grandes empresas ecuatorianas se fortalecieron entre 2011 y 2012 por la sólida posición de las exportaciones. Un escenario que permitió a las compañías incrementar sus ingresos, disminuir los costos de operación, generar utilidades y cumplir las obligaciones con el fisco, en un escenario donde la evasión tributaria ha disminuído considerablemente.
Según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI), los grandes contribuyentes pertenecen a los sectores agroindustrial, automotriz, comercio al por menor, construcción, financiero, multisectorial, recursos no renovables y telecomunicaciones.
Evolución histórica de la tributación
En 2009, las sociedades de los ocho grandes grupos identificados por el SRI generaron ingresos del orden de los 31.540,4 millones de dólares y utilidades de 2 778 millones. En 2010, los ingresos fueron de 36.162 millones y las ganancias de 3.298,9 millones, conforme el catastro 2013 de los grandes contribuyentes (Ver gráfico 4).
Para 2011 el escenario mejoró: 41.325.6 millones de ingresos y 3 984,8 millones de utilidades. De hecho, las ganancias crecieron del 39% en 2006, al 51% en 2007, mientras que en 2012, ascendieron al 81%, bajando un punto (al 80%) en 2011.
Por su parte, las pérdidas decrecieron del 61% en 2006, al 40% en 2007 y 19% en 2010. A igual que las ganancias que sufrieron una baja en 2011, las pérdidas, en cambio, subieron al 20%. Asimismo, el Impuesto a la Renta Causado (IRC) pasó de 701,6 millones de dólares en 2009, a 852,4 millones en 2010 y 953,5 millones un año después (Ver gráfico 4).
Entre tanto, la carga fiscal (CF) en 2009 registró un 2,22%, en 2010 el 2,36% y en 2011 el 2,41%, considerando el ajuste de la tarifa del 25% del Impuesto a la Renta (IR) (Ver gráfico 5).
Empresas con mejor rendimiento
De las ocho sectores, el multisectorial es el que generó mejores ingresos en 2011, con 9.203,1 millones de dólares, pero las utilidades fueron de 699,9 millones, inferior a las ganancias del sector recursos no renovables que tuvo 886,2 millones, pero sus beneficios llegaron a 4.980 millones.
Le sigue el segmento agroindustrial con ingresos de 7.264,4 millones y un lucro de 285 millones. Al sector automotriz ingresaron 4648,5 millones y las ganancias contabilizaron 275,1 millones.
El quinto lugar es para el comercio al por mayor con 5.949,4 millones de ingresos y utilidad de 412,9 millones. En telecomunicaciones los réditos fueron de 681,6 millones y los ingresos 2.319 millones.
El precio del petróleo
No hay cifras oficiales disponibles de 2012, pero diferentes analistas sostienen que el incremento del precio internacional del petróleo que permitió la entrada de más divisas al Ecuador, fue un factor importante para que las empresas mejoren los ingresos y las ganancias.
No dejan de lado el ligero incremento que también tuvieron las exportaciones no petroleras. “Por lo tanto, ha habido más recursos en el país que permitieron realizar mayores compras de bienes y servicios a las empresas”, manifestó el empresario Fernando Santos. Añadió que otros sectores de la economía también crecieron dentro del Producto Interno Bruto (PIB) a un ritmo que se calcula entre el 4% y 5%, “si bien inferior al crecimiento del 2011 que fue sobre el 7%, pero que sigue siendo importante”. El impulso para cumplir con el pago de los impuestos fue también la vigencia del cobro del llamado Impuesto Mínimo para las empresas ecuatorianas, que entró en vigencia en 2011. A esto se suma la reducción de los niveles de evasión (no pago de impuestos) y de elusión (uso de las leyes para no pagar los tributos) de las grandes empresas que el director del SRI, Carlos Marx Carrasco, calcula se encuentra en el 5%.
Poco compromiso social
Como se observa en el gráfico 3, la presión tributaria del Impuesto a la Renta desde 1993 hasta 2000 no superaba el 2% del PIB. Esto, para el SRI, demostraba el poco compromiso por garantizar una suficiencia recaudatoria y deber social para invoinvolucrarse en un pacto fiscal de largo plazo.
La administración tributaria advierte que 1999 es la muestra del deterioro del Estado porque con el apoyo del Congreso Nacional se eliminó del sistema tributario el impuesto a la renta y se sustituyó por el impuesto del 1% a la circulaciónde capitales.
Así, el SRI evidencia que la decisión muestra “cómo el Estado se encontraba capturado por los grupos de poder y cómo la legitimidad de las decisiones populares expresadas en el poder legislativo, se encontraban desvinculadas, por completo, de los intereses de una sociedad sumida en la pobreza y la desigualdad”.
Apunta que desde el 2000, el sistema dio un giro en la tributación de la renta de las personas jurídicas, pasando de una presión del 1,2% al 44,4% en 2010. Sin embargo, asegura que la renta
personal no ha respondido a un cambio de paradigma. Más bien “demuestra la debilidad del pacto entre las personas y el Estado”.
Las cifras oficiales revelan que en 1993 la presión tributaria de las personas naturales alcanzó el 0,4% del PIB, mientras que en 2010 la relación llegó solo al 0,7% (Ver gráfico 3).
Un nuevo pacto tributario
La entidad tributaria afirma que el compromiso para que “se distribuyan de forma equilibrada el capital, los ingresos y, en general las oportunidades para todos y todas, dependerá de que las personas naturales, quienes son los verdaderos dueños del capital, tributen en la forma que deben hacerlo”. En el libro “Una Nueva Política Fiscal para el Buen Vivir”, el SRI apunta que el pacto fiscal será creíble siempre y cuando el pago de impuestos y el gasto público cumplan estándares mínimos de equidad. Por otro lado, la administración enfatiza que la desigualdad de la riqueza se expresa en la dotación total de recursos que poseen los individuos, tanto de los dueños del capital, que son las empresas, como aquellos que viven de su trabajo, o son asalariados.
La recaudación efectiva
El SRI confirma que en el Ecuador, el 90% de la recaudación efectiva se sustenta en las sociedades (empresas), antes que en las personas naturales, lo contrario al sistema de impuesto que rige en Europa, donde el Estado financia su gasto, en gran medida, con los impuestos de las
personas. En 2010, del total de activos que reportan las sociedades en el formulario de Impuesto a la Renta, el 78,1% se encuentra en posesión del 10% de las sociedades que acumulan mayor ingreso.
Entre tanto, el primer decil (nueve valores que dividen la serie de datos en diez partes iguales) de ingreso solo reúne el 1,85% del activo total (capital). A su vez, el 90% de las sociedades de menores ingresos retienen solo el 21,89%.
Un escenario que le permite a la administración tributaria sostener que el acaparamiento del capital reproduce un mercado oligopólico que acentúa la concentración de la renta en todos los niveles, lo que impide el surgimiento de nuevas empresas que puedan competir en el mercado en igualdad de condiciones.
Sobre el capital, el SRI asegura que la acumulación en pocos individuos contribuye a perpetuar la dualidad de la economía: por un lado, ayuda a que exista un gran número de pequeños empresarios con bajos niveles de tecnificación, capital y crédito que participan muy poco en el mercado y sobreviven en la informalidad.
Y, por otro, un reducido número de compañías con grandes volúmenes de transacciones y capital con alto poder de mercado, que acopian gran parte de los beneficios empresariales.
Es más, la distribución del ingreso del negocio se encuentra más concentrada que el capital. El décimo decil posee el 92% de la renta que generaron las personas jurídicas en 2010.
Para el SRI, dichos ingresos, en pocas empresas, evidencia la polarización del tejido económico y social. Al fin de cuentas -añade- los embolsos empresariales se transfieren en utilidades hacia sus dueños y profundizan la desigualdad de la riqueza entre los miembros de la sociedad.
En 2007, el SRI identificó a 17 grupos económicos que subieron a 75 en 2011, pero cuyas empresas representaban el 2% del universo de corporaciones que declararon el impuesto a la renta de sociedades en 2010.
Es decir, el 2% de compañías juntaban el 27,3% de los ingresos, 30,9% de los activos, 30,8% de la recaudación y 24% del gasto tributario.
Se han determinado al menos tres mecanismos de cómo el sistema económico transfiere las rentas empresariales hacia el rendimiento de los individuos: mediante el pago de dividendos a los accionistas, el pago de la repartición de utilidades a los trabajadores y el pago de sueldos y salarios a los mismos.
Según la administración tibutaria, si el capital accionario de las empresas se encuentra en posesión de pocos individuos, el crecimiento económico de las empresas agravará el desnivel de la renta.
Precisamente, la desigualdad en el pago de sueldos y salarios, por las brechas de educación de los trabajadores, permite al SRI afirmar que el 10% más rico en 2010 concentró el 42% de ingresos por ese concepto; mientras el 40% de asalariados de menores ingresos retiene apenas el 8,6% de los salarios totales.
Del mismo modo, el 20% más rico acumula el 60% del ingreso salarial. Sin embargo, en el mismo gráfico se puede observar que el ingreso por participación de utilidades se distribuye de forma más equitativa respecto a los salarios, lo cual indica que esa fuente aporta a la equidad en el beneficio total de los asalariados.
Así, el 10% más rico recibe el 31% de las utilidades que reparten las empresas y, el 40% de menores ingresos, el 7,4%. Por el contrario, el SRI explica que las personas naturales que no perciben un salario y que realizan una actividad económica, aportan de manera reducida al
sistema tributario. Esto se evidencia en el 0,8% de la presión tributaria, de los cuales, el 0,6% pertenece a la recaudación de personas naturales en relación de dependencia.
Para la administración tributaria, las personas que reciben ingresos por libre ejercicio profesional, trabajadores autónomos, arriendo de inmuebles y otros activos, ingresos por regalías rendimientos financieros, deberían estar registradas y pagar impuestos.
Ley de Equidad Tributaria
La nueva estructura del sistema tributario arranca en 2007 con la Ley para la Equidad Tributaria, que marca un hito en el proceso de reforma tributaria emprendido en el país, debido a su componente respecto de la creación de nuevos impuestos e incrementos de tarifas. También se incorporaron un sinnúmero de medidas antielusión que fortalecieron la generalidad
impositiva.
El control de las figuras de elusión tributaria como el lease back, la subcapitalización o la eliminación del sigilo bancario, constituyen para el SRI, elementos claves de la reforma que aportan generalidad al sistema tributario, así como a la equidad y al control de riesgos de fiscalidad internacional.
Las reformas en el Impuesto a la Renta de personas naturales y la creación del Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) pusieron énfasis en la recaudación directa y progresiva, indicó el SRI, al explicar que el ISD cumple un rol macroeconómico porque penaliza la salida de capitales “golondrina” y posibilita que las divisas provenientes de la actividad económica se inviertan en el país.