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El Telégrafo
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La banca está solvente, líquida y bien administrada

La banca está solvente, líquida y bien administrada
12 de noviembre de 2012 - 00:00

En los últimos años la banca ecuatoriana ha experimentado una serie de cambios, ¿cuál es su punto de vista respecto a su situación actual?

El sistema financiero ecuatoriano está solvente, líquido y bien administrado, ya no es el de antes de la crisis de 1998. Eso nos permite pensar que si la banca está bien, la economía está bien y esto es un signo positivo.

¿Qué diferencias encuentra entre la banca de la crisis y la actual?

La banca, en la crisis de 1998 estaba regida por la Ley General de Instituciones del Sistema Financiero, en sustitución
de la antigua Ley de Bancos, y que permitía los créditos vinculados y no protegía al ahorrista. Tenía mucha más permeabilidad para informar a la Superintendencia de Bancos y sus auditores estaban imposibilitados de hacer
su trabajo in situ; eso les permitía informar cosas que no estaban sucediendo, lo que nos llevó a la crisis.

Históricamente, cuando el binomio Roldós-Hurtado llegó al poder, el tipo de cambio subió de 25 a 100 sucres por cada
dólar; con León Febres Cordero este subió en el mercado libre a 400 sucres y en el período de Rodrigo Borja llegó a 1.600 sucres.

En la época de Sixto Durán Ballén (1995) el precio de la divisa sufrió una macrodevaluación dentro del país a 2.000 sucres por dólar y era más barato comprar en el mercado libre a 1.800 sucres, por lo tanto, si se afecta a una variable, todas reciben el impacto de la medida y una de ellas fue el crecimiento extremadamente alto de las
tasas de interés, lo que se agudizó con el conflicto bélico del Cenepa. Los banqueros se convirtieron en empresarios y se autoprestaron dinero, hecho que llevó a la banca al colapso. Hoy la situación es diferente pues mediante una consulta popular se impidió que los banqueros realicen otras actividades, para evitar situaciones similares a la de finales del siglo pasado.

Acerca de las utilidades bancarias, estas han crecido exponencialmente desde el año 2000 hasta la fecha considerando que en 1999 estaban debajo de la línea 0, ¿cómo evalúa la rentabilidad actual?

Si bien la dolarización tuvo efectos negativos como por ejemplo el encarecimiento de los productos, también tuvo aspectos ventajosos en otras variables económicas, como el mejoramiento de la capacidad de acceso a créditos a largo plazo y la seguridad del tipo de cambio, lo que ha hecho que la ingeniería bancaria genere productos rentables y las instituciones han tratado de aprovecharlos al máximo. El crédito de consumo mediante tarjetas es un ejemplo. En ese caso el banquero y el emisor de la tarjeta no se benefician solo de la tasa de interés, sino también del descuento por el consumo que cobra a los establecimientos comerciales por el uso del ‘dinero plástico’; la suma de estos dos rendimientos resultan bastante interesante para el emisor de las tarjetas.

Eso ha hecho que el banquero tenga importantes utilidades necesarias para el fortalecimiento
del sistema financiero. Hay convenios internacionales como los Basilea 1, 2 y 3, en los que uno de los pilares es el fortalecimiento patrimonial de las instituciones, por eso, es importante que el Ecuador mantenga esa política de incremento patrimonial vía utilidades.

El Ministerio Coordinador de la Política Económica ha demostrado con cifras que la banca estaría en capacidad de solventar el incremento del Bono de Desarrollo Humano (BDH), ¿considera que si se llegara a aprobar la Ley de Redistribución del Gasto Social, el sector destine sus inversiones hacia rubros adicionales al pago del tributo?

Cuando el banquero y el accionista no tienen la posibilidad de tener otro tipo de actividades y se reducen las utilidades provenientes del giro normal de la actividad bancaria, la rentabilidad del sistema financiero va a bajar, al
igual que el costo de sus acciones. Sin embargo, se ha orientado a otros negocios como el apoyo al sector productivo; de cada 4 dólares prestados en el país, apenas el 25% (un dólar) va al crédito de consumo, entonces el 75% (tres) va a préstamos productivos, de vivienda, de inversión social y educativa. La banca tiene que diversificar el riesgo y no puede concentrar su actividad crediticia, por más rentable que sea, en un solo producto.

La Superintendencia emitió en 2010 una nueva reglamentación para la administración de crédito, que antes era
un gran paquete y se dividía en cartera vigente y vencida, ahora existen carteras comercial, de consumo, de vivienda, microcrédito, corporativa, empresarial y para Pymes, entre otros.

¿Considera que se deba controlar los salarios de los ejecutivos de la banca?

Es la actividad la que genera este tipo de salarios, pues es una de las más complejas que existe en el mundo y sus ejecutivos deben ganar remuneraciones de acuerdo a su preparación. Lo que sí se debe impulsar es que no exista la enorme diferencia que hay entre el trabajador llano y el ejecutivo. Pero no estamos al nivel de lo que sucedió en los Estados Unidos, donde Dick Ford, gerente de Lehmann Brothers, ganó 500 millones de dólares entre 2003 y 2007, y su secretaria iba al trabajo en helicóptero; o cuando un día antes de que estallara la crisis el banco Merryll Lynch organizó una fiesta en la que gastó casi 2 millones de dólares.

¿Podría la aprobación del proyecto de Ley generar retaliaciones?

Que la banca no tenga la posibilidad de generar una utilidad adecuada podría provocar un desincentivo en la demanda
de las acciones bancarias en el mercado de valores. La persona que tiene sus depósitos en el sistema financiero y se da cuenta de que no hay solvencia, llegaría a pensar que su dinero no está en buenas manos, lo que puede generar, en un futuro, que se merme la confianza y un proceso de retiro de depósitos.

Si se retiran los depósitos, ¿qué pasaría exactamente?

Cuando no sean atractivas las acciones en el mercado, dependerá del criterio del Gobierno de turno frente a la solvencia del sistema financiero. No me gustaría pensar en la estatización de la banca porque hoy está bien administrada y solvente; además hay muchos competidores para el sector bancario privado como la banca pública, la solidaria y las mutualistas, no obstante, el único que sale beneficiado de esto es el consumidor, que encuentra mejores productos en cantidad y calidad.

¿Cuál es su criterio respecto a la medida de devolución del impuesto a la salida de divisas (ISD)?

Una de las causas de la crisis de finales del siglo pasado fue el impuesto del 1% a la circulación de capital,
que creció hasta el 4%. Una transacción bancaria era motivo para una imposición adicional. El ISD tendría parte de ese efecto. El empresario podría pensar que le resulta más conveniente que su dinero permanezca en una cuenta en el exterior antes que la divisas por exportación vayan a la banca privada ecuatoriana con un impuesto del 5% del valor de la transacción. Esa situación le resta liquidez al sistema financiero.

¿Qué efectos tendría en la liquidez y solvencia de la banca ecuatoriana el que las mayores cuentas se encuentren en el extranjero o en paraísos fiscales?

Pasaría que los exportadores e inversionistas que tienen la obligación de informar sobre sus operaciones en el extranjero al Banco Central, crean que es mejor que sus cuentas estén en el exterior. El inversionista cree que su dinero puede estar más seguro fuera del país y no le importaría pagar el 5% del ISD.

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