La XVII edición del Festival Encuentros del Otro Cine (EDOC) está por comenzar, este año presentaremos 138 películas de 45 países en diez salas de tres ciudades del Ecuador. Cada año, a través de la convocatoria de inscripción que abrimos de octubre a diciembre recibíamos entre 400 y 600 filmes del mundo que buscan un espacio  dentro del Festival, además de los cerca de 200 títulos que la dirección y los programadores de los EDOC seleccionan entre los Festivales de cine documental más prestigiosos del mundo.

Este año, recibimos más de 1.500 filmes de 96 países, creemos que esta cifra es un termómetro de cómo se aprecia a los EDOC en el ámbito internacional. También nos encontramos ante la situación de estar a punto de anunciar que esta edición de los EDOC será la última.

A pesar de que nuestros patrocinadores tradicionales y otros que se han sumado este año siguen apoyando al Festival, los presupuestos de Cultura de cada una de esas instituciones han sido reducidos de manera drástica, algunos incluso durante la producción del Festival, cuando ya los suponíamos seguros y cuando esos gastos estaban ya asignados. Este modo de trabajo al que nos han acostumbrado las instituciones termina desgastando la labor de organización y nos obliga a replantear nuestro interés por mantener un proyecto. Si esto le ocurre a un Festival de cine con diecisiete años de experiencia, ¿cómo podríamos pensar que puede resultar atractivo para otros gestores culturales lanzarse a la aventura de organizar festivales, muestras, conciertos o espectáculos?

Cuando nos preguntan cuándo los EDOC serán autosustentables nos gusta dar una respuesta contundente: nunca. El ingreso de taquilla de los EDOC, aunque es un porcentaje importante de nuestro presupuesto, no permitiría cubrir los gastos totales del Festival. En ese aspecto es importante decir que no existe un gran festival de cine autofinanciado en el mundo.

Los Festivales que se han mantenido en el tiempo reciben ayudas directas de las instituciones culturales de los países o ciudades donde se llevan a cabo, o se realizan en territorios donde existen políticas efectivas que permitan el apoyo de organismos privados de la sociedad civil a través de incentivos impositivos o fiscales. Otro aspecto importante a recalcar es que los festivales no pueden ser creados de la nada o por caprichos de autoridades, ya que eso significaría que, cuando esas autoridades dejen sus cargos, esos festivales se desvanecerían con la misma facilidad con la que fueron creados.

Los festivales de cine son esenciales para la cultura de un país, ya que nos muestran nuevos talentos, promocionan el turismo de las ciudades donde ocurren, benefician al comercio local e incentivan la cohesión de la comunidad. Todo esto además de lo esencial, lo que sale de la programación, como crear nuevos intereses sobre temáticas de interés social que no podrían llegar a nosotros de otra manera y ser la plataforma ideal para el intercambio de ideas y experiencias.

Para nosotros, probablemente el aspecto más importante de mantener un espacio como los EDOC es el de poder entregarle al público ecuatoriano cine documental hecho en Ecuador. En marzo de 2018, los tres premios entregados en la categoría de distribución por el Instituto de Cine y Creación Audiovisual (ICCA) fueron para películas de ficción que iban a ser estrenadas en salas de circuitos comerciales, los seis documentales que participaban no fueron escogidos para financiamiento.

Creemos que la nueva administración del ICCA tomará cartas en el asunto al respecto de este error, pero hasta que eso ocurra, los EDOC son la única oportunidad al año de ver cine documental en salas de cine. Este año presentaremos dieciséis películas ecuatorianas, entre ellas ocho largometrajes de estreno. Al no existir políticas para que el documental ecuatoriano llegue a la televisión ni a la pantalla grande, los EDOC probablemente sean el único espacio que queda disponible para apreciar estas obras.

Obviamente no queremos que esta edición sea la última, estamos trabajando para que ese panorama desastroso no ocurra. De la misma manera como trabajan nuestros compañeros y amigos de Chulpicine, de El Lugar sin Límites, del Festival Latinoamericano de Cine de la Casa de la Cultura, de la muestra de cine ecuatoriano de París, del Ecuadorian Film Festival in New York.

Trabajamos porque creemos que es necesario que el público tenga la oportunidad de ver estas películas, las que nos llegan de todo el mundo y los documentales que se producen en Ecuador. Pero necesitamos que las instituciones públicas, nacionales y locales, asignen apoyos sostenidos no solo a los EDOC, sino a los festivales de cine y cultura en el Ecuador. Sin tener por lo menos la esperanza de que esos apoyos lleguen en un futuro cercano, los festivales y otras iniciativas como los EDOC tienen sus días contados.

La Décimo Séptima Edición de los Encuentros del Otro Cine EDOC se llevará a cabo en Quito, Guayaquil y Cotacachi del 9 al 20 de mayo de 2018. La información de todos los títulos y horarios se encuentra disponible en www.festivaledoc.org. (I)