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El Telégrafo
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Madonna: Quiero controlar el mundo

Madonna: Quiero controlar el mundo
16 de septiembre de 2013 - 00:00

En 1990, Camille Paglia llegó a afirmar en The New York Times que finalmente había surgido una feminista real. ¿Quién era?¿Por qué la bautizó así? Después de que Madonna lanzara su provocativo video Justify my love, Paglia solo pudo decir: “Como Baudelaire y Oscar Wilde sabían, ni el arte ni el artista tienen una responsabilidad moral con las causas sociales liberales”, y, a renglón seguido, definía a Madonna como una verdadera feminista, pues representaba lo opuesto de la ideología sofocante del feminismo estadounidense, ese que se atoró en la retórica de la queja, mientras que ella inducía a las mujeres jóvenes a no tener miedo de ser “femeninas y sexuales” al mismo tiempo; también, Camille Paglia señalaba que el feminismo americano tenía serios problemas con los hombres, pues a todos los condensaba en el discurso “patriarcal”, pero Madonna “ama a los hombres reales, ella ve la belleza de la masculinidad en todo su áspero vigor y perfección atlética sudorosa. También admira a los hombres que en realidad son como las mujeres: transexuales y drag queens extravagantes, los héroes de la rebelión de Stonewall de 1969, que comenzó el movimiento de liberación gay”.

Sin embargo, no todos han visto en esta mujer la plena representación de lo que podría denominarse como una “auténtica liberación femenina”, más bien, la han acusado de haberse convertido en el instrumento necesario de una emergente industria cultural pop vaciada de contenidos, pero reforzada de estereotipos: mujer rubia, blanca, atlética, fashion y estilizada. Asimismo, se la ha etiquetado de usurpadora, pues gran parte de su estética y propuesta musical se nutre de la imaginería religiosa, de las culturas negras, de los discursos de las diversidades sexuales y de contextos geopolíticos coyunturales. Así, por ejemplo, cuando Madonna dijo en una entrevista que de niña quería ser negra, Bell Hooks, autora de Black Looks:Race and Representation,apuntaba que la artista tenía envidia: “Lo que pasa con la envidia es que siempre está dispuesta a destruir, borrar, asumir el control y consumir el objeto deseado. Eso es exactamente lo que Madonna intenta hacer cuando se apropia y mercantiliza aspectos de la cultura negra”. Pero bueno, no hay que olvidar que tiempo atrás, Bell Hooks reconocía que para ella y para otras feministas jóvenes confinadas en la academia, Madonna era un símbolo de poder y creatividad femeninos: sexy, seductora, seria y fuerte.

Nace una reina (sin saberlo aún)

No podía ser de otra forma, su nombre completo es Madonna Louise Veronica Ciccone, y nació en Bay City, Michigan, el 16 de agosto de 1958. Su madre murió cuando apenas tenía cinco años de edad, y este suceso determinaría su futuro como artista y mujer, pues en una entrevista dijo: “Pienso que una de las razones principales por la que puedo expresarme libremente y no sentirme intimidada ante nada, fue no haber tenido a mi madre, pues ellas te enseñan modales y, definitivamente, yo no aprendí ninguna de esas reglas y regulaciones”.

No pasó mucho tiempo para que la promesa rubia despuntará sobre cualquier otra artista e incluyera
cada vez más elementos de la música new wave a su producción, lo que arrastraría a nuevos públicos. No solo eran mujeres quienes rezaban sus canciones, sino que ahora se veía una hilera de hombres desprendidos de prejuicios...
Alumna destacada y de comportamiento siempre incitador, Madonna en su adolescencia era una notable bailarina, lo que la hizo acreedora a una beca para estudiar danza en la Universidad de Michigan, sin embargo, en 1977, se trasladó por su cuenta a Nueva York para convertirse en una bailarina profesional, y fue en ese entorno donde se involucra en la escena musical de la época, formando bandas y produciendo canciones que inmediatamente llamaron la atención de muchos, como Sire Records, compañía con la que firmó su primer contrato como cantante.

El álbum debut de Madonna, que lleva el mismo nombre de su progenitora, vio la luz en 1983. Con su primera canción, Everybody, arranca una carrera musical que no dejaría de crecer, pues en ese álbum se incluían éxitos que hasta ahora se los corea incansablemente: Borderline, Holiday yLucky Star.

Si algo supo Madonna tempranamente fue que para transformarse en una auténtica “estrella” pop debía conjugar una música agitadora de normas, con una estética corporal que defina tendencias. Entendió que ese aparato generador de discursos e ideas (y muchas veces de ideologías) que es la industria cultural, podía ser utilizado como medio (¿acaso político?) para transmitir masivamente mensajes de liberación y transgresión, especialmente, sexuales.

Larga vida para una reina que empieza a reconocerse así

Madonna emerge en la efervescencia rocker-punkde los ochenta, y fue su primera diseñadora, Maripol, quien la suavizó con el uso de abundantes pulseras, crucifijos, aretes, ojos acentuados con delineador y puperas. Esto se manifiesta con fuerza en el contenido visual de lo que sería su segundo álbum, Like a Virgin, lanzado en 1984, con el que coronó el primer lugar dehits de la listaBillboard, pero también, fue en este periodo cuando Madonna hace pública toda su agresividad posible, al interpretar en televisión, en los MTV Video Music Award, Like a Virgin, donde aparece sobre un pastel vestida como muñeca de novia, con un cinturón que decía Boy Toy”.

Detrás de la letra de la canción y de su performance como novia rebelde, el mensaje era claro: ¡Mujeres, pueden perder la virginidad las veces que quieran, con la persona que deseen! Suena naturalmente imposible, pero culturalmente significaba confrontar a la gastada moralina de instituciones como la iglesia y el matrimonio. Quizá, fue aquí que Madonna, a la par que conseguía más seguidores, se abría frente con diversos grupos conservadores de su país y del mundo.

Sin miedos y sin falsas poses, Madonna siempre supo lo que quería. Fue entonces cuando en el programa televisivo American Bandstand, conducido por Dick Clarcks, Madonna interpretó Holiday y, al preguntarle sobre cuál era su mayor ambición como artista, ella respondió: “Dominar el mundo”. Consciente de su temprano éxito, Madonna sabía que debía profundizarlo con una permanente provocación y reinvención personal.

Si en los inicios de su carrera vemos a una Madonna que no teme a la experimentación con su cuerpo ni a la incomodidad que causaban sus shows, como cuando en el tour Blonde Ambition simuló masturbarse al final de Like a Virgin, entre 1990 y 1998, empieza a explorar otro tipo de estética.Seguidamente de su ascenso como cantante, en 1985 aparece en el cine junto a Rosanna Arquette en Desperately Seeking Susan. La espuma no para de crecer y, mientras grababa el video de Material Girl, inspirado en el film Los caballeros las prefieren rubias, en el que actuó Marilyn Monroe, conoce a Sean Penn, con quien se casaría y luego divorciaría. En este periodo sensible para la vida personal de Madonna, las críticas a su música empiezan a llegar y se la cataloga como un producto cultural pasajero, pero también, se la critica de poco “original”, pues se la compara con artistas como Cyndi Lauper, quien venció a Madonna como Mejor Artista Pop/Rock en la duodécima entrega anual de los American Music Awards.

No pasó mucho tiempo para que la promesa rubia despuntará sobre cualquier otra artista e incluyera cada vez más elementos de la música new wave a su producción,lo que arrastraría a nuevos públicos. No solo eran mujeres quienes rezaban sus canciones, sino que ahora se veía una hilera de hombres desprendidos de prejuicios quienes compraban sus discos.

Ya para su primera gira local, The Virgin Tour, Madonna estaba en la boca de todos y, a pesar de su temprano surgimiento como una artista de EE.UU., logró vender todas sus entradas, en 34 minutos, para el concierto que daría en el Radio City Music Hall en Nueva York. Recordemos que para esa fecha, no usaba sostén y sus letras eran himnos de incitación, lo cual era celebrado por mujeres y feministas que vieron en ella la posibilidad de trasladar el discurso académico a la vida social (e inclusive a la militancia política). Su segundo tour (ahora mundial), Who’s That Girl World Tour, fue un éxito.

Por esa época, Playboyy Penthouse publicaron fotos de Madonna desnuda, que las había hecho en 1979, cuando recién se estrenaba en las calles de Nueva York. Había cobrado 25 dólares por ese trabajo. Sin embargo, más allá del esperado escándalo mediático, Madonna no se dejó atemorizar y ya se encontraba promocionando, con cabello corto de niño y un rubio casi transparente, Papa Don’t Preach, canción que provocaría severas controversias por parte de grupos pro vida y católicos que acusaban a la canción de alentar el embarazo temprano, cuando lo único que Madonna pretendía era dejar en claro que las decisiones de las mujeres son individuales, sin tutelas perversas.

En un artículo de la web, María Bilbao, señalaba sobre Madonna “que su figura ha contribuido más a la liberación que a la alienación, sobre todo porque llegaba a muchas más mujeres que otros íconos más alternativos e ideológicamente puros (Slits, Raincoats, Mecca Normal, etc.).” A esto se suma que Madonna ya se había convertido en el eco de varias causas humanitarias, especialmente, las relacionadas a los grupos GLBTI y a la lucha contra el VIH.

Finalizada la década de los ochenta, Madonna había producido más de seis álbumes y dado tres tours (dos internacionales). Canciones controversiales como Like a Prayer, evidenciaban la apropiación y los “otros” usos que la artista le daba a los discursos de instituciones religiosas y de diferentes grupos culturales En cuanto a la experimentación sonora, Madonna se había nutrido de ritmos latinos, como los tambores cubanos, las maracas y uno que otro verso cantado en español, todos ellos sintetizados en una de sus canciones más celebradas: La isla bonita.

Si en los inicios de su carrera vemos a una Madonna que no teme a la experimentación con su cuerpo ni a la incomodidad que causaban sus shows, como cuando en el tour Blonde Ambition simuló masturbarse al final de Like a Virgin, entre 1990 y 1998, empieza a explorar otro tipo de estética, con una música más íntima pero no menos “escandalosa”. Es en este contexto cuando produce álbumes como Erotica, Bedtime Sories, Something to remember, Evita y Ray of Light.

Dos de ellos, Erotica y Evita, generarían severas críticas (positivas y negativas), por el contenido que transmitían. El primero, como era de esperarse, causó sonrojos y acusaciones de grupos conservadores por tener una carga explícitamente sexual, pues junto con este disco, Madonna publicó su libro Sex, con imágenes que le hacían justicia al nombre de la portada. En este proyecto participó el famoso fotógrafo de moda estadounidense, Steven Meisel, quien ya era una persona ovacionada por muchos gracias a sus cuidadosos trabajos en las ediciones italiana y estadounidense de la revista Vogue.

Es justo precisar que Madonna siempre vio en la moda un punto de fuga para expresarse con mayor fuerza y libertad (y acentuar las tendencias que iba marcando); fue así como, por ejemplo, en una de sus giras utilizó un corsé con sujetador en forma de cono, invención de Jean Paul Gaultier, con quien ya había trabajando antes luciendo un atuendo suyo que dejaba al descubierto sus pechos.

Veinte años después de ese provocativo traje, Madonna lo volvería a usar en su última gira MDNA, solo que ahora el sujetador cónico, como señala Gaultier, es reinterpretado en 3-D, con charol en el exterior y con cuero metálico en el interior. “Se trata de mezclar lo masculino y lo femenino”, dice el diseñador francés. También, en MDNA, mostró un seno.  

Mi show no es un show convencional de rock, pero sí es una presentación teatral de mi música. Me gusta el teatro, pues hace preguntas, provoca pensamientos y te lleva a un viaje emocional entre lo oscuro y lo claro (...). No promulgo a la gente que viva un solo estilo de vida, pero sí describo uno, y la audiencia sabrá que hacer con él.

Por su parte, en Evita, Madonna enfrentó uno de los retos aparentemente más complejos: interpretar a un ícono de la política argentina y cantar a la vez. Particularmente considero que triunfó en ambos. Pocos meses antes del estreno de Evita, Madonna tuvo su primera hija, Lourdes, que coincidió con su relacionamiento al Kabbalah y al misticismo oriental. En 1999, en los MTV Video Music Award, Madonna fue homenajeada con un espectáculo en el que drag peformers vestían los atuendos que hasta ese entonces la artista había hecho populares. La rubia, que también tuvo el pelo negro, castaño y multicolor, se había convertido en un ícono gay.

¿Cuál es la diferencia entre un terrorista y una estrella pop? Que con el primero siempre puedes negociar.

Ya en lo que va de este siglo, Madonna no ha dejado de sorprender por el vértigo de sus discos, como American Life, Confessions on a Dance Floor, I´m Going to Tell You a Secret (álbum en vivo), Hard Candy y su último, MDNA, que marcan un ritmo imposible de no seguir. Ya no produce esa música que guardaba “mensajes” de emancipación y confrontación (alguna canción lo hará, pero los precisos, ya fueron realizados y siguen siendo reproducidos), ahora solo nos ofrece una pista de baile en la que uno debe confesarse: “Bailamos para matar al silencio”. Asimismo, entre sus giras recientes, como la que brindó en 2008, en Buenos Aires (The Sweet and Sticky), reafirmaba su condición de artista mundial y de reina del pop, pues cuando interpretó las canciones You must love mey Don´t cry for me Argentina, el público no paraba de corear entre lágrimas su nombre, como si fuera Maradona a quien se estaban dirigiendo.

Caracterizada por reinventarse en cada álbum, por coronar la lista de hits de las canciones más sonadas de la escena musical pop-rock mundial, por protagonizar los conciertos más arriesgadas y conceptualizados, estética y políticamente, por declarar públicamente su apoyo a temas “sensibles” y por ser una empresaria que le apostó, no solo a la industria musical, sino a la cinematográfica, a la del diseño, y a otras más, Madonna, indudablemente, se erige como una mujer que parece haberlo hecho (y conquistado) todo, que no para de crear, aun cuando hace poco cumplió 55 años y acaba de lanzar la recopilación de sus mejores temas, interpretados durante su gira mundial para su nuevo álbum MDNA world tour. A este disco le acompañará un documental que utiliza imágenes de 88 actuaciones en más de 50 países.

Ella es Madonna Louise Veronica Ciccone, una mujer que no muestra humildad ante los logros que ha alcanzado, al contrario, los celebra públicamente con un prolongado golpe de copas. Como algunos señalan, Madonna escogió la figura de mala para escandalizar a la sociedad puritana estadounidense, ayudó a masificar la revolución sexual y se mostró como una figura libre que disfruta de su sexualidad, que ejerce poder en la cama y celebra la bisexualidad.

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