En los dos últimos años, 7.000 ecuatorianos con problemas de adicción a las drogas, sobre todo de la “H”, recibieron atención para su desintoxicación en el programa “Por un Futuro sin drogas”.

A este número se suma Fernando, quien, desde los 15 años, empezó a consumir sustancias sujetas a fiscalización. El sábado 4 de enero de 2020, llegó con su hermana a la clínica móvil del Municipio, ubicada en las calles 26 y la P. Suburbio de Guayaquil.

Fernando, por curiosidad y por sus compañeros de colegio, consumió por primera vez marihuana. En ese tiempo era una moda esa droga y hasta me la regalaban”.

Durante seis años el joven, ahora con 21 años, consumió además cocaína y la adictiva “H”. “Conseguía dinero por favores que hacía y me gastaba en su mayoría en droga”.

Sus padres y su hermana le hablaban para que dejara de consumir y lo apoyaban para que se rehabilitara. “Tuve recaídas y estaba pisando fondo con la rutina de todos los días”, rememoró el joven.

La hermana conoció del programa “Por un Futuro sin drogas” y lo llevó hasta la clínica móvil para que iniciara el tratamiento de desintoxicación. Aprovecharon que estaba en el sector.  

Médicos, psiquiatras psicólogos, terapistas vivenciales y los 20 grupos de apoyo de Narcóticos Anónimos conforman el personal que trabaja para disminuir el número de consumidores de sustancias estupefacientes.

Ellos trabajan por sectores, sobre todo donde hay gran cantidad de adictos. El único requisito es que la familia se encargue del tratamiento del paciente.

Desde agosto de 2018 este grupo de profesionales empezó la atención de consumidores de drogas de todo el país, “porque se corrió la voz de que la medicina funciona”, dijo la psiquiatra Violeta Sagnay, directora del programa.

Ella, que tiene 20 años como psiquiatra, trabaja en el Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia y buscó patrocinio para atender a los pacientes adictos. Ni hospitales ni políticos la ayudaron.

Cuando acudió a la abogada Cynthia Viteri, que aún no era alcaldesa, se interesó por el programa y así emprendieron la atención de los adictos sobre todo de “H”.

Primera brigada de atención

El 4 de mayo de 2018 se instaló la primera brigada en la calle Oriente. Al principio algunos chicos fueron incrédulos, preguntaban si la medicina sirve, dijo Sagnay.

Cuando comprobaron que podían dormir y que calmaba el dolor, los chicos se pasaron la voz. “Primero llegaron 70 y en la segunda asistieron 150 pacientes del sector de la Juan Montalvo”, indicó.

La profesional dijo que le enseñaron al familiar del paciente que convirtiera su casa en un hospital, donde se lo cuide todo el día. Además ingresan al familiar en un chat, mediante el cual ella los puede llamar las 24 horas. Es una atención muy personalizada, agregó.

Para la psiquiatra, la mayoría de los chicos se inició en las drogas por curiosidad, presión social de los amigos, por sentido de pertenencia, impactos emocionales, como separación de los padres y conflictos familiares. “Ellos quieren evadir la realidad”.

Tratamiento diferente

De acuerdo con la primera sustancia que consumió y el tiempo de adicción, le aplican la medicina. “A algunos pacientes hay que bajarles la dosis, a otros se la aumenta”.

Sagnay indicó que en agosto de 2019 firmaron un convenio con el Ministerio de Salud, mediante el cual personal del programa desintoxica a los chicos y ellos se encargan de la rehabilitación para que el paciente no recaiga.

De los 7.000 atendidos a nivel nacional, siguen en el proceso 2.860 entre caídas, recaídas y salidas; y de ellos 300 están  estabilizados, dijo la Directora.

La alcaldesa Viteri anunció el miércoles 8 de enero que en este año 2020 estará listo el primer centro de atención de adictos en el sector de Bastión Popular, noroeste de Guayaquil. Mientras tanto, trabajarán en la clínica móvil, donde tendrá que ir Fernando por su desintoxicación.

Los dirigentes barriales son el nexo de los pacientes

Familiares que conocen del programa acuden desde otras provincias y cantones del país a los sectores donde se encuentra el personal que ayuda en la desintoxicación de los pacientes con problemas de drogas.

Para el doctor José Giler, médico municipal, son los dirigentes barriales que saben dónde está la mayor cantidad de pacientes con adicción. “Ellos solicitan la ayuda a través de la ventanilla Universal del  Municipio. Nosotros vemos que haya la seguridad para la clínica móvil en el sector”.

Luego de que el paciente llega con un familiar y se inscribe, recibe una charla de inducción sobre el programa y el tiempo de duración. El 80% de los pacientes son consumidores de “H”. Siempre empiezan con marihuana y terminan con esa droga.

Según el tipo de sustancia, se da el tratamiento, básicamente para los tres síntomas de abstinencia: ansiedad, dolor e insomnio, explica Giler.

El médico sostiene que esta enfermedad es incurable. El tratamiento lleva al paciente a la fase de desintoxicación, que dura hasta 15 días.

“Lo citamos a la semana para conocer su estado. Luego viene la etapa psicológica, las terapias vivenciales para que diga por qué cayó en las drogas. El tratamiento dura un año”. (I)