Caballos y canes heridos en las movilizaciones se recuperan de dolencias
La herida que sufrió Hanton en su pata delantera izquierda aún está en carne viva. El rastro lo dejó un objeto cortopunzante usado durante las movilizaciones.
Hanton es un caballo que integra la Unidad de Equitación y Remonta de la Policía Nacional. Desde el 14 de octubre, el corcel está en tratamiento.
El capitán César Zapata, jefe del Área de Montada, detalló que a escala nacional hay 121 caballos empleados para diferentes actividades de la Policía.
De ese número, 60 ejemplares son movilizados para controlar el orden.
En la Unidad de Equitación, ubicada en Tambillo (sur de Quito), se atienden 13 pencos que sufrieron agresiones en las protestas.
La veterinaria Guadalupe Hidalgo explicó que cuando son movilizados para operativos de seguridad, a cada ejemplar se lo protege con una manta, pero reconoció que en las marchas no fue suficiente.
Los caballos heridos siguen terapia con antibióticos para erradicar las infecciones. En las movilizaciones, la Policía conformó su estructura. La primera línea, bajo agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO), después se ubicó el equipo de canes y atrás el grupo de montada con sus jinetes.
Los “agentes caninos” resultaron heridos en las marchas, dijo el teniente coronel Andrés Medina, jefe del Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC) de la Policía Nacional.
La unidad movilizó 20 binomios (un policía y un perro) hasta la Asamblea, la Contraloría y la Plaza Grande.
Seis canes sufrieron lesiones en las patas, mandíbulas, costillas y sufrieron estrés postraumático por el cruce de piedras y bombas molotov, según Alexander Vargas, veterinario de la unidad.
Medina explicó que los canes no atacaron, sino que con sus ladridos disuadieron a personas con actitud violenta. Agregó que el trabajo de un binomio representa la fuerza de 10 policías. “Los seis canes heridos representan una baja importante”. (I)