Barrios se protegen de ola delictiva con alarmas de $ 160
Moradores de la cooperativa Esmeraldas Chiquito cuentan desde ayer con una red de alarmas comunitarias destinada a reducir los actos delictivos que afectan el sector.
Mediante un simulacro se demostró la utilidad de cada alarma (compuesta por una bocina, un rollo de cable, un breque y ocho botones de pánico ) que puede ser adquirida por 160 dólares.
El equipamiento instalado en ese populoso sector, que cuenta con cinco sirenas (por cada una hay ocho extensiones) tiene una cobertura de cerca de cinco cuadras.
El sistema consiste en alertar a la ciudadanía -a través del sonido de una sirena- de alguna irregularidad que requiera del apoyo de la comunidad. “Una vez que se escucha la alarma todos nos hemos puesto de acuerdo para salir de nuestras casas para atender el auxilio de algún vecino”, dijo Ángela Triviño, habitante de la zona.
La alerta es activada desde una de las viviendas o negocios asentados a lo largo de la avenida Ernesto Albán, que conduce hacia el centro comercial Mall del Sur.
Julio Borbor, quien tiene un consultorio médico en el sector, explicó que se han escogido puntos estratégicos para colocar los botones de pánico que activan la alarma. “Esto es una realidad que esperábamos tener desde mucho tiempo”.
A esta intervención se suma la policial, que estará liderada por personal de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del circuito Las Malvinas.
Segundo Freire, coordinador de la Directiva Cantonal de Brigadas Barriales de Seguridad Ciudadana de Guayaquil, confirmó que el sistema comunitario forma parte de un proyecto presentado a la Gobernación del Guayas para conformar los barrios seguros.
Explicó que se trata de la ejecución de acciones en aquellos lugares considerados zonas rojas. “Instalamos alarmas comunitarias, solicitamos a través de escritos carpas con personal policial y a la comunidad la capacitamos con charlas de prevención”, detalló.
Aclaró que el equipamiento total es financiado por la comunidad. “Es un costo muy bajo que permite a los moradores invertir en ese sentido y mejorar su seguridad”, acotó.
Los actos delictivos en la cooperativa Esmeraldas Chiquito están relacionados principalmente con los robos a los transeúntes.
“Aquí viene gente de otros lados a delinquir en las esquinas, ahora nos sentimos más seguros porque adicionalmente tenemos una carpa policial”, manifestó el teniente Fernando Vargas, a cargo de la Brigada Barrial 25 y del UPC de la cooperativa.
El oficial consideró que la situación delictiva se reducirá significativamente con las medidas adoptadas, ya que al tener la colaboración de la comunidad -a través de la alarmas- el delincuente sabrá que se trata de una zona protegida.
Vargas confirmó que este tipo de programas será replicado en otros sectores de la ciudad considerados vulnerables a delitos.
La comisaria Tercera de Policía, Jaqueline Hurtado, quien participó en el acto de inauguración del sistema, destacó la importancia de este tipo de iniciativa en zonas consideradas vulnerables a delitos para contrarrestar la inseguridad.