Autoridades investigan otro posible caso de negligencia médica
La muerte de un recién nacido, por causas aún no esclarecidas, motivaron la clausura de la clínica privada San Ignacio, en el sur de Quito. El bebé falleció el miércoles pasado, poco antes de ser dados de alta él y su madre.
Norberto Gil, padre del infante, contó que el médico de turno justificó la muerte asegurando que el embarazo no llegó a término y que apenas tenía 34 semanas. Sin embargo, el hombre mostró un informe del 12 de mayo pasado que confirmaba las 40 semanas de gestación.
Ante ello, Gil denunció lo ocurrido y tras la autopsia se identificó como posible causa de muerte un trauma craneal. Con ese reporte, la Comisaría de Pichincha clausuró esta tarde la clínica, ubicada en el barrio Solanda, por no contar con instalaciones adecuadas para realizar un procedimiento quirúrgico.
Gil contó que su bebé fue sepultado el fin de semana pasado y la madre se recupera en casa de unos familiares. Y según consta en la publicidad de la clínica, ésta tenía filiales en otros barrios del sur de la capital, una de ellas en Guamaní, en donde la mujer recibía los controles prenatales. Ahí, el doctor Enrique Pabón la habría remitido a las instalaciones de Solanda para la cesárea, la cual tenía un costo de 800 dólares.
El padre del infante pidió a las autoridades determinar si se trata de un nuevo caso de negligencia médica.