El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se convirtió en el primer mandatario estadounidense con antecedentes penales al ser sentenciado en un caso relacionado con un pago de soborno a la actriz pornográfica Stormy Daniels. 

No obstante, un Tribunal de Manhattan decidió no imponer ninguna pena al exmandatario. En una medida poco común, el juez Juan M. Merchan le otorgó una "liberación incondicional", lo que significa que el próximo mandatario estadounidense tendrá una condena en su historial criminal, no cumplirá ninguna sentencia.

El caso se refería a un pago de USD 130.000 realizado por Trump durante su campaña de 2016, destinado a evitar que Daniels revelara un encuentro sexual que -según la estrella porno- ocurrió con Trump años antes. A pesar de que el juez pudo haber impuesto una pena de hasta cuatro años de prisión, Merchan argumentó que las protecciones legales de Trump como presidente “superan a todos los demás factores”. Esto no desestima el veredicto del jurado, que no puede ser borrado.

Trump, quien participó virtualmente desde su residencia en Florida, calificó el juicio como una "experiencia terrible" y reiteró su negativa a haber cometido un delito. En sus declaraciones, el expresidente insistió en que el caso había sido parte de una "caza de brujas política" con el objetivo de dañar su reputación y su campaña electoral.

A las afueras del tribunal, los seguidores de Trump se enfrentaron a sus detractores en una muestra pública de las tensiones políticas que continúan marcando el escenario estadounidense. Algunos portaban pancartas que acusaban al exmandatario de ser culpable, mientras que otros clamaban contra lo que consideraban una conspiración política en su contra.

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