Orión, el cazador emprendió búsqueda del esquivo Niño
La playa de la base naval de Salinas luce desierta el mediodía del miércoles, salvo por dos barcos que se divisan borrosos, a lo lejos. A un grupo de periodistas le han dicho que debe esperar a otros colegas que vienen desde Guayaquil.
Mientras transcurre el tiempo, los reporteros juegan a adivinar cuál de los dos barcos es el famoso Orión, el buque de investigación hidrográfica y oceanográfica de la Armada ecuatoriana.
Orión, el cazador, la constelación más brillante del firmamento. Un nombre bien merecido para un barco cuya misión inmediata es un periplo en busca de señales que permitan determinar si El Niño, el fenómeno climático que cada cierto tiempo asuela Ecuador, se presentará o no y el grado de intensidad que tendrá. El viaje durará 16 días.
La espera terminó por fin y los recién llegados se embarcaron en los botes rumbo al barco. A bordo, la tripulación del Orión vive un día inusual. Deben ubicar en los camarotes a cerca de una treintena de científicos y más de una decena de estudiantes universitarios.
Los curiosos recorren el barco, que visto de cerca no es tan grande como parece, en busca del laboratorio. Allí, en medio de botellas, frascos y otros equipos, está el doctor Antonio Rodríguez, investigador del Instituto Oceanográfico de la Armada del Ecuador (Inocar), quien informa sobre las actividades que desarrollarán durante el crucero, las cuales estarán centradas en la recolección de muestras de agua, desde la superficie hasta los 150 metros. El propósito es medir el grado de oxígeno disuelto en la misma.
De igual manera, continúa, se harán estudios especiales de los micronutrientes (nitratos, nitritos); además de estos parámetros químico-biológicos, se medirán también aspectos físicos del agua (corrientes, olas) y meteorológicos (vientos, dirección de los mismos, entre otros).
El estudio, en conjunto de todos estos elementos, recolectados a lo largo de 16 estaciones predeterminadas “es lo que permitirá hacer una predicción más ajustada a la realidad acerca de si el evento El Niño se presentará de forma leve o fuerte”, afirma el doctor Rodríguez.
A los exámenes anteriores se suma el monitoreo de aves y mamíferos. El cambio en la rutina de ciertas aves, como piqueros y petreles y mamíferos, podrían ser indicadores de que el evento El Niño estaría por presentarse, informa el naturalista Ben Haase, cuyo objetivo del viaje es precisamente la observación de dicha fauna.
La Comisión Permanente del Pacífico Sur, organismo integrado por Chile, Colombia, Ecuador y Perú, tiene entre sus programas el Estudio Regional del Fenómeno El Niño (Erfen) y, precisamente, una de las actividades del organismo es el Crucero Oceanográfico Regional Conjunto, la travesía anual simultánea, que cada uno de los países miembros realiza desde 1998, por las aguas del Océano Pacífico.
Es en este marco que se efectúa este crucero, en el que participan 25 científicos nacionales que pertenecen a instituciones como Inocar, Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inmahi), Parque Nacional Galápagos, Estación Científica Charles Darwin, Fundación Ecuatoriana de Mamíferos Marinos; y, cuatro representantes de los países miembros de la comisión.
También están funcionarios del Instituto de Fomento Pesquero y Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de Chile, del Instituto Oceanográfico de Venezuela, del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas de Colombia y de la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra de Perú, a los que se suma en calidad de observadora la doctora Nieves Aguado, bióloga del Instituto Oceanográfico de la República Bolivariana de Venezuela.
También se incluyen estudiantes de las universidades Estatal de Guayaquil, San Francisco de Quito, Politécnica del Litoral, Católica de Manabí y Península de Santa Elena.
Son ya pasadas las seis de la tarde y un marinero informa que un bote está listo para volver a tierra. En la salida está el teniente de fragata, Carlos Perugachi, segundo comandante del Orión y jefe de la expedición.
Antes de partir, a él le quedan los deseos de buen viento y buena mar en esta travesía que empezó oficialmente el pasado jueves 18 del mes en curso.