Mora en los créditos de consumo subió
Más de un punto creció la mora en los créditos de consumo en abril de este año en comparación con el mismo mes de 2011. En abril de este año de créditos no pagados es de un 4,9%, frente a la del año anterior que llegó a un 3,7%.
La cifra refleja que la preocupación del presidente de la República, Rafael Correa, por el sobreendeudamiento de los ecuatorianos no es injustificada.
En 2011 el sistema financiero nacional entregó 7.227 millones de dólares en préstamos de consumo a través de tarjetas de crédito, cifra récord si se la compara con los 521 millones de dólares otorgados en 2003 o con los 1.500 millones de dólares emitidos en 2005.
La Superintendencia de Bancos considera que el sobreendeudamiento afecta principalmente a las personas que tienen salarios de hasta 1.000 dólares mensual.
En abril de 2010, Tatiana Sellán, ex trabajadora de una empresa de cosméticos, no era sujeto de crédito porque constaba en la central de riesgo por una deuda pendiente con la tarjeta Cuota Fácil. En cada lugar que solicitaba un préstamo se lo negaban, incluso adquirir una lavadora en almacenes Japón le resultó imposible.
Una tarde del mismo mes, recuerda la mujer, recibió una llamada inesperada en la que le ofrecían -“por su buena línea de crédito”- una tarjeta Visa del Banco Pichincha. Sellán la aceptó inmediatamente. A los pocos días, otra llamada de Produbanco le ofreció lo mismo y ella también aceptó.
Sellán percibía, en esa fecha, un salario básico de 218 dólares. La utilización de las tarjetas causó, en breve, un sobreendeudamiento y, a la fecha, están bloqueadas debido a que no pudo cancelar las cuotas mínimas.
El presidente de la República, Rafael Correa, expuso que las incongruencias financieras entre los ingresos y la capacidad de endeudamiento evidencian que al momento el 41% de los usuarios excedió sus límites para poder cancelar las acreencias.
La ex ministra Coordinadora de la Política Económica, Katiuska King, revela en su blog personal que la situación ya había sido observada en 2010. La cartera de Estado pidió entonces un informe a la Superintendencia de Bancos y 17 meses después quedó ratificado que el 41% de los hogares ecuatorianos ha sobrepasado los límites en deudas, es decir que las cuotas de los pagos sobrepasan el ingreso disponible.
La preocupación gubernamental radica en que el exceso de mora genera problemas no solo a las familias que no pueden pagar, sino también al mismo sistema bancario y a la larga a la economía nacional.
Los miembros de la Junta Bancaria (JB) analizan las nuevas medidas que impondrán, para que los bancos actúen con más responsabilidad a la hora de entregar créditos. Sin embargo, aún se desconoce la fecha en que se presentará la ley.
Marco Tutiven Flores, analista y docente universitario de Economía, sugiere que la resolución de la JB debe estar orientada a los administradores de tarjetas de créditos para que establezcan límites a los cupos máximos; es decir que estos dependan de los ingresos reales comprobados de los tarjetahabientes.
Para una persona que, por ejemplo, percibe un salario de 500 dólares y es cabeza de familia con gastos referidos en el sostenimiento del hogar, el cupo no debe exceder los 400 dólares en diferido semestral.
Por lo tanto, “si esta persona consume el máximo de su cupo, deberá cancelar cuotas mensuales de aproximadamente 65 dólares que están dentro de su capacidad máxima de endeudamiento”, expresa el experto.
El analista económico y director de investigación del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEPI), Roberto Villacreses, indica por su parte que la medida de “endurecer” los créditos de consumo no es viable, porque la justificación es una exageración, por ejemplo, los niveles de cartera vencida en los últimos años se han mantenido.
“Es incongruente al mensaje que proporcionan de acceder al crédito que generan cuando eliminan los costos de emisión, mantenimiento, etc.”, manifiesta.
Agrega que los bancos evidencian una mayor liquidez debido a que el Gobierno ha canalizado recursos al incrementar los salarios en el sector público y en la obra pública que produce circulante que antes no había en el sistema.
En el caso de las instituciones financieras hay dos caminos para colocar esos dineros: en consumo productivo que tiene tasas promedio de entre 9% y 11%, y las de consumo que tienen tasas promedio del 16%. “Hay más rentabilidad en el segundo segmento, que ya existen estrictas regulaciones en cupos y montos”, dice.
Quirografarios
El principal del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess), Efraín Vieira, considera que la institución permite un rápido acceso a los créditos quirografarios y con montos respaldados por los fondos de reserva y de cesantía, por lo que en el caso de estos el riesgo de no poder cobrar es lejano.
“Los trabajadores reciben dinero en base a lo que ellos tienen de respaldo en sus cuentas y mensualmente el pago es descontado de sus roles”, explica el funcionario.
Según datos del Biess, la entidad entrega préstamos quirografarios por 4 millones de dólares diariamente a los afiliados.
En la mayoría de casos, los créditos que otorga son para cancelar deuda, comprar vehículos, para realizar viajes, adquirir enseres domésticos o invertir en educación o cumplir con gastos generados por problemas de de salud.
El Estado debe regular
Para el analista Fabricio Reyes, los bancos están provocando una “burbuja crediticia” al apoyar la entrega descontrolada de tarjetas de crédito que provocarán una severa crisis.
“Por ello estoy absolutamente de acuerdo que Estado regule a través de su ente regulador (la Superintendencia de Bancos) la entrega de estos créditos”, expresa.
Recuerda que en el año 2005 residía en España y en ese país el 75% de los hogares tenía un sobreendeudamiento y las consecuencias nefastas se ven ahora.
“Por ejemplo, aquí en el país tengo amigos que tienen 4 ó 6 tarjetas. Y, ellos, sacan dinero de una para cubrir el pago mínimo de las otras, es decir, que cubre un hueco y crea otro”, agrega.