Alrededor de 600 comerciantes del centro de Portoviejo esperan la construcción de un espacio adecuado para ofertar sus productos.   

Los minoristas, ubicados en cerca de seis cuadras de la calle Chile, aseguran que trabajan en situaciones “infrahumanas”.           

Víctor Martínez, coordinador general de las siete asociaciones de vendedores del sector, comentó que desde hace 7 años han presentado cinco propuestas para su reubicación en  una zona en la que puedan realizar su labor de una mejor manera.

El Municipio  les cobra $ 10 mensuales por la utilización de un espacio de 4 metros cuadradosSin embargo, los proyectos no han tenido acogida por parte de las autoridades municipales. “Somos el resultado del desgobierno que ha tenido Portoviejo en los últimos 35 años”, expresó el dirigente.

El último planteamiento consiste en la edificación de un centro comercial, en un terreno que actualmente le pertenece a la Secretaría del Agua (Senagua).

Para esto, los comerciantes solicitaron a la Universidad San Gregorio de Portoviejo, el diseño de la  estructura que estaría ubicada a pocas cuadras del sector.

Martínez señaló que pedirán una audiencia con el presidente de la República, Rafael Correa,  para informarle sobre el nuevo plan.

Al respecto, el alcalde Humberto Guillem manifestó que en algún sector de la urbe se debería construir una “pequeña ciudad comercial”, que tenga un espacio de entre cuatro y seis cuadras.

No obstante, aseguró que para un proyecto como este no disponen de recursos. “Eso demandaría una inversión de 8 ó 10 millones de dólares”, comentó el burgomaestre.

Situación actual

Uno de los problemas que afecta a los comerciantes de la zona es el gasto que deben realizar para  instalarse diariamente en las calles y el tiempo que necesitan para hacerlo.

Rody Almache, vicepresidente de la asociación 12 de Octubre, afirmó que alrededor de 2 horas diarias le toma adecuar su puesto en una esquina de las calles Moreira y Chile, para comercializar sus productos.  

“Debo salir de mi casa a las 06:00 para poder retirar la mercadería de la bodega y venir a instalar la estructura metálica”, manifestó.

Señaló que mensualmente invierte 45 dólares en alquilar el espacio donde deja sus productos durante la noche y $ 30 semanales en personal que colabora en su traslado.

Estos gastos representan aproximadamente el 20% de sus ventas. A esto se suman los 10 dólares mensuales que el Cabildo le cobra por el uso de un espacio de 4 metros cuadrados.      

Problemas de salud

Asimismo, varios vendedores de la zona afirmaron que sufren quebrantos en su salud por la inhalación del humo de los vehículos y la insalubridad del sector. “El paso de los carros también genera polvo, algo que afecta a nuestro sistema respiratorio. Además, daña nuestra mercadería”, explicó Francisco Palma, quien comercializa discos de música.

Juan Mariscal, quien vende prendas de vestir, aseguró que en varias oportunidades ha perdido su mercadería durante los meses de invierno. “Con las lluvias el sector se llena de lodo y debemos poner carpas para proteger los productos”, expresó.