Más de 50.000 ecuatorianos festejan cinco años de Gobierno
Arropado por miles de personas que coparon el estadio Alejandro Serrano Aguilar de Cuenca, el presidente de la República, Rafael Correa, celebró sus cinco años en el poder.
El Primer Mandatario llego alrededor de las 20:30 al recinto deportivo abordo de una camioneta. Con él estaban el titular de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero, y el alcalde de la capital azuaya, Paúl Granda.
Las autoridades, simulando una vuelta olímpica, recorrieron el borde de la cancha en el vehículo. En ese instante las personas corrieron hasta el automóvil con el objeto de ver a Correa. Mientras que en las gradas, las personas encendían antorchas y gritaban consignas a favor del régimen.
El cielo se cubrió de fuegos artificiales, globos verdes y faroles. Desde la tarima principal se pedía a las personas abrir camino para Correa que se sentó en la primera fila, delante de su hija Sofía. Con la llegada del gobernante, la fiesta se encendió. El cantante Gerardo Mejía saltó al escenario y entonó “Sueña” y “Señor Presidente”, dos melodías que en la mañana Correa había dicho que lo conmovían.
Desde allí siguieron una serie de presentaciones artísticas hasta que, a las 21:30, el Jefe de Estado tomó la palabra. En su discurso Correa enumeró los episodios más difíciles de su Gobierno, como la muerte de la ministra de Defensa, Guadalupe Larriva, y su hija, la sublevación policial del 30 de septiembre de 2010 y el bombardeo de Angostura.
El Mandatario dijo que Ecuador ya no es el mismo. Para él, su mayor logro ha sido que la población comprendió que puede derrotar el fatalismo y vencer las adversidades, porque tiene la fuerza interna para hacerlo. Cuando el público le gritaba “reelección, reelección”, él respondió: “Ya veremos”.
Sobre las elecciones de 2013 indicó que estará en el lugar que le asigne la Revolución. Pero pidió a sus partidarios no subestimar a los rivales. Advirtió que la mayor lucha no será ganar la Presidencia, sino obtener una “mayoría contundente en la Asamblea para no soportar chantajes”. Tras recordar el éxito del país y su fortaleza al intentar salir del subdesarrollo, Correa concluyó su discurso
Partidarios llegaron desde varias provincias del país
A las 15:00 del viernes un grupo de 64 personas abordó un bus y dejó su natal San Lorenzo (norte de Esmeraldas). Tras cerca de 15 horas de viaje arribaron a Cuenca. Andrés Ruano no mostraba cara de cansancio. Todo lo contrario, sonreía cada vez que sus compañeros tocaban marimba. De hecho la melodía daba el toque de fiesta a la feria ciudadana del Buen Vivir que se montó en los alrededores del estadio Alejandro Serrano Aguilar de la capital azuaya.
Ese lugar fue el escenario para la celebración de los cinco años de la llegada al poder de Rafael Correa. Y es que los exteriores del recinto deportivo reunieron ayer a personas de todos los rincones del país, que de alguna u otra forma han experimentado cambios positivos en el último lustro.
Pero en la feria ciudadana, que reunió a 110 instituciones, ministerios y programas de Estado, no solo había esmeraldeños. Allí pululaban indígenas del Oriente, de Otavalo, costeños de Santa Elena o de Guayas, como si Cuenca ayer hubiera reunido al Ecuador entero.
El indígena saraguro Manuel Guamán reconoció los cambios físicos que ha vivido el país, mencionó entre ellos la carretera que conecta Loja con Cuenca y que atraviesa su poblado. Pero este señor de 35 años va más allá, habla de transformaciones sociales. “Es como si todo fuera más incluyente ahora”, reflexionó detenidamente.
Pone como ejemplo su propia experiencia: “Cuándo se había visto que un indígena trabaje en el Municipio de Saraguro”.
Mencionó el arte. “Ahora hay más impulso para las actividades folclóricas. Eso se recuperó”, señaló. Es que Manuel forma parte del grupo musical “La voz del viento”. Cuando se le pregunta a él y sus compañeros si ahora tienen más contratos, todos mueven la cabeza afirmativamente.
Al cierre de esta edición, el festejo aún continuaba y se esperaba la presencia en el escenario de Pablo Milanés.