La Fiscalía exhuma tumbas en El Batán
A las 07:00 de ayer se llevó a cabo la exhumación de cuatro tumbas en el cementerio El Batán, al norte de Quito, en donde se presume estarían los restos de Santiago y Andres Restrepo, desaparecidos a manos de la Policía el 8 de enero de 1988.
Cinco miembros de criminalística -ayudados de maquinaria pesada- removieron la tierra de los espacios delimitados, de acuerdo a la cotejación de información que reposa en los archivos del cementerio del año 1988, en donde se enterraban cuerpos sin identificación (NN), enviados por la Comandancia General de Policía, en esa década.
Previamente, a las 06:00, un grupo de policías había llegado hasta el cementerio y cercó una área de 400 x 300 metros, todos los accesos fueron cerrados y se evitó el ingreso de la prensa hasta pasado el mediodía.
Para las 11:00, los peritos extendieron una tela blanca en el cesped, sobre la cual fueron colando y clasificando las evidencias que se encontraban, conforme avanzaba la excavación.
Lo primero que se encontró fueron pedazos de tela que se asemejan a ropa, los cuales fueron extendidos y fotografiados por personal de Fiscalía y del Ministerio del Interior. Tres carpas blancas se colocaron sobre las excavaciones, mientras personal del cementerio ayudaba con palas a remover la tierra, con el fin de evitar cualquier daño en posibles evidencias.
En completo sigilo se pretendió realizar la diligencia; sin embargo, funcionarios públicos de la Defensoría del Pueblo y Fiscalía llegaron hasta el lugar. El fiscal encargado del caso, Jorge Cano, evitó dar declaraciones a la prensa.
Junto a las tumbas excavadas se delimitó con tierra otro espacio de terreno, que también será excavado. Terminada la exhumación, toda la evidencia será enviada a antropólogos forenses, quienes realizarán los exámenes correspondientes de ADN y determinarán si los restos son o no de los hermanos Restrepo Arismendi.
Este caso de lesa humanidad se reabrió hace unos meses por datos como el proporcionado por el ex agente del Sistema de Investigación Criminal (SIC), Salomón Castillo, quien involucró a tres personas más en la tortura, muerte y desaparición de los hermanos Restrepo.
Además, indicó que los cadáveres NN eran mantenidos en la morgue de la Policía para luego ser enterrados en fosas comunes de los cementerios El Batán y San Diego.
Hace una semana apareció un nuevo testigo en el caso y rindió su declaración en la Fiscalía, e inmediatamente fue ingresado al programa de Víctimas y Protección de Testigos.
Hasta el cierre de la edición, la diligencia continuaba, los trabajadores tuvieron un receso al mediodía y autoridades indicaron que el trabajo duraría hasta la noche.
Las inmediaciones del cementerio del Batán estarán custodiadas por policías para precautelar las evidencias de esta investigación emprendida por la Fiscalía. De la misma manera, el acceso al cementerio estará restringido algunos días, indicaron autoridades.