Domingo 8 de mayo, 01:00. En la central del Movimiento Alianza PAIS, en Quito, el Gobierno en pleno, encabezado por el presidente de la República, Rafael Correa, analiza los primeros resultados oficiales del referendo y consulta popular desarrollado el día anterior.

Pocas horas antes, en la avenida de Los Shirys -emblemática vía de la capital- las huestes de la agrupación oficialista habían festejado por todo lo alto el quinto triunfo electoral desde que Rafael Correa llegó a Carondelet. Celebraron los resultados arrojados por el estudio de SP Investigaciones, que aseguró que el Sí había alcanzado una ventaja de 20 puntos porcentuales -en promedio- en el plebiscito.

Pero el escrutinio del Consejo Nacional Electoral (CNE) mostró otra realidad. Durante esta última semana, el Sí y el No habían protagonizado una ajustada contienda, sobre todo en las preguntas 4 y 9, vinculadas a la reforma del sistema judicial y a la instauración de un consejo de regulación de comunicación, respectivamente.

A pesar de este escenario, desde el oficialismo nunca hubo dudas sobre la victoria. Su tranquilidad se debía a las proyecciones que tenía sobre la votación en el Litoral. 

La Costa fue el bastión esta vez

Para el ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño,  la victoria del Sí en el Litoral puede ser analizada desde varios puntos de vista.

Primero está el voto de confianza de estos sectores, especialmente de las poblaciones  rurales,  hacia el Jefe de Estado. En esta ocasión, aseguró Patiño, el pueblo ha brindado su respaldo a Correa en un  tema sumamente delicado como es la reestructuración del sistema judicial. “La gente sabe que este Gobierno no va a meter las manos en la corte, sino a realizar cambios profundos y tiene la seguridad de que esa reforma se va a cumplir”, dijo el Canciller.

Sobre las cifras en Guayaquil, el funcionario indicó que a pesar de que el alcalde de la ciudad, Jaime Nebot, había invitado a la población a  votar Sí solo por la pregunta 7 (sobre el cierre de los centros de juegos de azar), los resultados fueron diferentes a los que esperaba el líder de Madera de Guerrero.

“La pregunta 7 es justamente la que tiene un poco más de votos por el No, pero en el resto de preguntas el pueblo de Guayaquil y, en general de Guayas, respaldó mayoritariamente el Sí”, subrayó Patiño. 

Según Doris Soliz, ministra Coordinadora de la Política,  el Gobierno siempre ha tenido el respaldo en Guayas y en todas las provincias de la Costa, pero  en esta ocasión el apoyo ha sido aún mayor.

De acuerdo a  los datos parciales presentados por el CNE, la provincia del Guayas, la más poblada y con 2’659.545 personas habilitadas para el sufragio, le da a la tesis del Gobierno un apoyo del 49% en promedio en las diez preguntas, lo que revela un aumento del 5% (cerca de 100.000 votos más) en comparación a las dos últimas elecciones realizadas en el país.

Además de Guayas, las provincias de Manabí, Esmeraldas y Los Ríos apoyaron todas las propuestas gubernamentales. Inclusive en los cantones manabitas y esmeraldeños la diferencia a favor del Sí se ubica, en promedio, en todas las preguntas con 25 puntos porcentuales.

El Jefe de Estado explicó, en su último conversatorio con periodistas en Guayaquil,  que el Sí venció claramente  en las provincias en donde existen mayores índices de delincuencia y un elevado grado de malestar por el funcionamiento del sistema de justicia.

Las cifras sostienen esta hipótesis. Según datos preliminares del Ministerio de Justicia, entre enero de 2007 y mayo de 2010 se emitieron 4.305 boletas de excarcelación por la caducidad de la prisión preventiva en todo el país; la mayoría correspondían a Guayas (4.141). Por esta figura legal, los magistrados provinciales dejaron en libertad a acusados de asesinato, robo agravado, tenencia de drogas, violaciones o tráfico de personas.

Un  estudio efectuado por la Dirección Nacional de Política Criminal de la Fiscalía General informó que entre enero y junio de 2010 el organismo receptó  92.940 denuncias en el Ecuador. Las provincias de Guayas, Pichincha, Manabí, el Oro y Los Ríos (jurisdicciones donde gana el Sí en el referendo) son las que  registraron más casos.

El voto en la Sierra se divide

Si bien el optimismo es grande al interior del Gobierno por las cifras en el Litoral, el escenario es distinto en  la Sierra  y la Amazonia.

Los resultados parciales del CNE demuestran que el No alcanzó la victoria en 11 provincias del país. Las más holgadas se produjeron en Cotopaxi y Tungurahua, donde miembros de la oposición, como la asambleísta Lourdes Tibán, indican que la negativa a la propuesta gubernamental se debe a la poca atención que el Estado central le da a estas zonas. Sin embargo, estas aseveraciones son rechazadas desde el Ejecutivo al recordar que en Tungurahua se han efectuado planes de vivienda para las familias que viven en las cercanías del volcán y que han debido ser reubicadas por precaución. De la misma manera  han emprendido programas agrícolas para reactivar la producción que se ha visto afectada por la caída de cenizas.

La ministra Soliz negó que haya desatención  y prefirió aceptar que movimientos sociales como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y políticos como Pachakutik y Sociedad Patriótica tienen una presencia “fuerte” en estos sectores. “La Sierra central no ha sido nuestro bastión y hay una influencia importante de Pachakutik, del MPD y de Sociedad Patriótica, que basaron la campaña en rumores y miedos a la población de esas provincias”, denunció la Secretaria de Estado.

César Umaginga, prefecto de Cotopaxi y dirigente de Pachakutik, afirmó que el resultado alcanzado en la Sierra central y en la Amazonia (en donde el No ganó en cuatro de cinco provincias) es un triunfo del colectivo indígena liderado por la dirigencia de la Conaie.

El funcionario provincial comentó que el No venció en estas zonas del Ecuador por varias razones, entre ellas porque “las preguntas eran irrelevantes, pues la forma en que se debe estructurar el Consejo de la Judicatura ya está contemplado en la Constitución de Montecristi (...) El fin de la consulta era adueñarse de la justicia y a eso el pueblo indígena le dijo que no”.

Umaginga enfatiza que de haberse consultado sobre temas como la explotación minera a gran escala, el uso de los recursos hídricos o sobre la reforma agraria, el panorama hubiera sido distinto.

El prefecto, además, no dudó en afirmar que el voto del 7 de mayo fue un llamado de atención al Primer Mandatario para que “corrija en la forma en que administra” y sobre su relación con la dirigencia indígena.

Héctor Chiriboga, sociólogo, consideró que la mala relación que mantiene el Ejecutivo con los altos mandos  de la Conaie sí mermó el respaldo a la tesis planteada en el referendo. 

“Es notorio que existe un desgaste. Correa piensa que puede separar a la dirigencia de la base indígena y esa actitud, probablemente, es errónea.

Hay que recordar que en esas poblaciones hay una fuerte filiación étnica que produce el rechazo de gran parte del colectivo”, aclaró el también catedrático de la Universidad Católica de Guayaquil.   

Mea culpa dirigencial

Más allá de la  campaña de  la oposición, desde el seno de PAIS se acepta que hubo falencias en el trabajo de la  dirigencia provincial.

Uno de los casos que más preocupación causó fue el de Loja, otrora bastión político del oficialismo. Ahí el No ganó en todas las preguntas con una ventaja que osciló entre los tres y cinco puntos porcentuales.

Al conocerse estas cifras,  las críticas se centraron en el trabajo  efectuado por el gobernador Pablo Cabrera. Miembros de  base de Loja  solicitaron la salida del funcionario por la derrota sufrida. Sin embargo, Cabrera tiene otra lectura de la situación. El Gobernador acusa directamente al comportamiento de varias autoridades locales que pertenecen a PAIS pero que impulsaron el No en la consulta.

“Ciertos dirigentes, entre alcaldes y concejales, quisieron manejar a su antojo la administración pública en temas de reparto de cargos (...) Eso  los motivó a realizar campaña en contra del Sí en la provincia”, declaró el representante del Ejecutivo en la sureña provincia.

El Gobernador culpó  específicamente al vicealcalde de Loja, Ismael Betancourt, y a otros dos ediles (no quiso revelar sus nombres) que “hicieron campaña asegurando que de ganar el Sí se desplomaría la dolarización y hasta habría problemas con las propiedades”.

Cabrera reconoce que por los resultados de la consulta popular podría perder su cargo, no obstante reveló que el pasado jueves recibió una llamada del presidente Rafael Correa para “reafirmarle su respaldo como Gobernador de Loja”. El funcionario aseguró que en los próximos días notificará a la secretaría ejecutiva y a la comisión de ética de Alianza PAIS sobre los hechos ocurridos en la campaña electoral.

Doris Soliz, quien integra el buró de la agrupación oficialista, adelantó que la situación de Loja será analizada en los próximos días para dar por culminada una serie de rencillas “que no permitieron que el mensaje de campaña llegara de manera correcta a los electores de esa provincia”.