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El Telégrafo

El tren vuelve a atravesar los páramos ecuatorianos

El tren vuelve a atravesar los páramos ecuatorianos
29 de diciembre de 2012 - 00:00

Uno de los momentos más emotivos, ayer, en la segunda jornada de la inauguración del tramo ferroviario Quito-Guamote, fue el paso del tren por comunidades asentadas sobre los 3.000 metros de altura, en los páramos de las provincias de Tungurahua y Chimborazo.

En lugares como Mocha, Pilingui y Jatari Campesino, el medio de transporte fue recibido con verdadero entusiasmo por parte de cientos de pobladores de cada uno de los puntos de la serranía.

En el cantón tungurahuense (Mocha), el presidente Rafael Correa, quien viajó junto con su esposa y uno de sus hijos en el tren, descendió del vagón que ocupaba y habló con los comuneros del lugar. Tras descartar la entrega a manos privadas del ferrocarril, ofreció su apoyo para rehabilitar la vieja estación del sitio, conservando su construcción y estilo arquitectónico.

El poblado Pilingui también había preparado una sencilla bienvenida al tren y al Primer Mandatario; al evento se unieron cientos de campesinos y agricultores.

En Jatari Campesino (Chimborazo), comentó a los ciudadanos indígenas reunidos para esperarlo, que se ha recuperado el ferrocarril y hoy es importante cuidarlo. “Comunidades donde ya no iba nadie, vivían en base al ferrocarril y ahora de nuevo va a empezar el turismo, las artesanías”, destacó.

En la capital chimboracense, Riobamba, y tras ingresar a la ciudad desde la parte norte, Correa recorrió la moderna estación “Tren Ecuador”, que se halla totalmente recuperada.

En su intervención, explicó que la recuperación del tren es esperanza y contribuye a fomentar la identidad de la patria. “El tren era símbolo de la integración, de la unidad y de la nacionalidad ecuatoriana”, acotó.

La siguiente parada fue Guamote, punto final del periplo. Pero las actividades del día iniciaron temprano, en la estación de la capital tungurahuense (Ambato).

Luego, la locomotora a electrodiésel que arrastraba el convoy de vagones arribó a la población de Cevallos, alrededor de las 08:40, haciendo escuchar su bocina. Allí, el Mandatario se mostró contento. “Ayer y hoy han sido días muy felices, no podía terminar mi período de la Presidencia sin cumplir con esta promesa. Aquí tienen el tren”, dijo a las personas que se habían congregado para recibirlo.

Recalcó que el esfuerzo estatal tiene como objetivo devolver al país un símbolo  histórico y de unión. “Son símbolos que su valor no solo es tangible, es intangible. Aquí está el tren de Alfaro. Hay que sentirse orgulloso de ser ecuatoriano”, exclamó emocionado el Jefe del Poder Ejecutivo.

Por su parte, el alcalde de Cevallos, Gallardo Constante, recordó que el ferrocarril está arraigado en la vida de su población. En los tiempos de bonanza -afirmó-, la Estación de Cevallos era la tercera más grande del país. Movilizaba 15 vagones con mercadería cada día.

Además, el funcionario se mostró convencido de que se volverá a aquella época dorada gracias al empuje que ha recibido el medio de locomoción ecuatoriano.

Transporte de lujo

El convoy ferroviario que participó en el viaje inaugural entre Quito y Guamote estuvo compuesto, entre otros elementos, por tres modernos vagones traídos de España.

Los vagones tienen una capacidad promedio para 40 personas y cuentan con climatización interna, agua potable, baterías sanitarias, un sistema neumático de suspensión para dar mayor suavidad y equilibrio en el desplazamiento sobre la vía férrea.

Los coches poseen, además, ventanas panorámicas, que resultan apropiadas para que los turistas disfruten de los hermosos paisajes que ofrece el país.

Estos y otros aditamentos serán parte de la ruta bautizada como “Tren Crucero”,   que unirá  las ciudades de Quito y Guayaquil en viajes promedio de 4 días y 3 noches.

Estos recorridos está previsto que empiecen a partir de junio del próximo año, una vez que concluyan las pruebas del recorrido original del ferrocarril entre la capital y el cantón guayasense de Durán.

Hasta el momento, en cuatro años de rehabilitación del medio de transporte, el Estado ha intervenido 500 kilómetros de vía férrea, 32 estaciones, cinco talleres,  ocho locomotoras a electrodiésel, siete a vapor y 24 coches de pasajeros.

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