El subsidio se encuentra en los umbrales del derroche
´El tema del subsidio ha rebasado todo sentido de la prudencia y la solidaridad y ha entrado en los umbrales del derroche y la corrupción de la sociedad en las fronteras, tanto terrestres como marítimas.
Cierto es que el Gobierno mantiene el subsidio a los combustibles desde hace más de diez años. Pero también es cierto que nunca habíamos llegado al nivel de billones que está costando. Evidentemente el consumo de los derivados del petróleo crece proporcionalmente con el crecimiento económico del país. Es decir, hay más vehículos, más industrias, más unidades habitacionales en las ciudades, más transporte masivo, de camiones llevando productos de un lado a otro del país; hay más turistas, más compañías aéreas, hay todo un cambio significativo de lo que era el Ecuador hace diez años a lo que es hoy.
Todo ese cambio es bueno, pero conlleva un mayor consumo de energía y Ecuador gasta combustibles y electricidad más que antes; y el 50% del suministro eléctrico tiene origen térmico, es decir que utiliza diesel oil y fuel oil No. 6. También es cierto que la mezcla energética de consumo cambió desde 1999 para utilizar el gas natural del golfo de Guayaquil en la generación de electricidad.
Este preámbulo del consumo de energía y combustibles explica, en gran medida, el aumento del subsidio generalizado en todos los gobiernos. El problema es que esta subvención apoya al que necesita y al que no, lo cual destruye el principio del subsidio que los gobiernos utilizan aquí y en cualquier parte del mundo, para apoyar a las economías menos favorecidas.
Es necesario corregir la política de subsidios de los combustibles. Esto quiere decir que si el Gobierno, cualquiera que este sea, quiere seguir manteniendo esa política, debe atacar con responsabilidad el tema, focalizándo a quienes en verdad lo necesitan, y se tenga ingresos que pueden venir, precisamente, de una mejor política de subsidios.
Ahora que el país cuenta con más informacion estadística, no es difícil determinar el segmento de la población que debería favorecerse, tanto en energía eléctrica como en gas licuado de petróleo (GLP). La electricidad cubre al 95% de la población y cualquier sistema de focalización del subsidio se definiría inmediatamente.
Un esquema de focalización permitiría que disminuya el peso del subsidio por la entrada en funcionamiento de los proyectos hidroeléctricos que se impulsan a lo largo y ancho del país y el incremento de la producción de gas natural del Golfo de Guayaquil.