El petróleo venezolano es vital para países caribeños
Durante sus 14 años de mandato, Hugo Chávez tejió una serie de alianzas políticas y económicas no solamente con países latinoamericanos sino de todo el orbe. Ahora, con su desaparición la vigencia de esos acuerdos queda en entredicho.
Si se tuviera que escoger a los países más dependientes de Venezuela la mirada debería apostarse en Centroamérica y el Caribe.
Por ejemplo, desde 2006, unas 20 ciudades de El Salvador dirigidas por el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) integran ALBA Petróleos, una empresa constituida para importar carburantes e impulsar programas de alimentos, becas estudiantiles, microcréditos, entre otros.
La ayuda es más clara en el caso de Nicaragua. Desde 2009, cuando Daniel Ortega volvió al poder, ese país centroamericano ha recibido 2.599,4 millones de dólares por parte de Venezuela. Esos fondos son utilizados en diversos programas, como la construcción de una refinería, proyectos sociales o en subsidios a los combustibles.
Los fondos también se utilizan para subvencionar el pasaje del transporte público de Managua y financiar un bono salarial a 150.000 trabajadores del sector público con ingresos menores a 230 dólares mensuales.
Como parte de los ideales de integración latinoamericana, Chávez creó Petrocaribe el 29 de junio de 2005 a raíz de un encuentro sobre energía, en Venezuela, en el que participaron 18 países de esta zona de América.
En aquel entonces el barril de petróleo se cotizaba en 100 dólares. Chávez propuso un acuerdo para vender el crudo en condiciones favorables. Petrocaribe prevé la financiación de la factura petrolera de hasta 25 años, con dos años de gracia, y admite que el pago diferido se haga con servicios y alimentos. El envío de crudo en este marco alcanza 95.000 barriles diarios, un 43% de lo que consume la región.
Y para las pequeñas islas del Caribe, el petróleo venezolano es vital para su supervivencia como nación. Pero si habría que escoger al mayor de los afectados, ese sería Cuba. La Venezuela de hoy es para la isla, lo que en su momento fue la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
Hugo Chávez se convirtió en una tabla de salvación para Cuba tras los duros años del “Período Especial”, declarado tras la caída del bloque soviético y que sumió a la isla en una grave crisis cuyas secuelas todavía no se superan.
Los gobiernos de Caracas y La Habana suscribieron en 2000 un importante acuerdo de cooperación bilateral por el que Venezuela suministra petróleo a Cuba y la isla lo paga con servicios médicos, educativos, deportivos, entre otros.
Con Chávez, la isla ha recibido diariamente 100.000 barriles de crudo venezolano y a su vez unos 45.000 cubanos, la mayor parte, relacionados con el sector sanitario trabajan en el país sudamericano en planes sociales.
En los últimos doce años, el gobierno de Hugo Chávez se convirtió en el principal socio de la isla hasta el punto de que el volumen de intercambio comercial con Venezuela (que se elevó a más de 6.000 millones de dólares en 2010) representa el 40% del total registrado en Cuba.
Pero la asistencia también es en Sudamérica. En 2005, Chávez compró a Argentina 500 millones de dólares en bonos soberanos que permitió al país acceder a dinero fresco en momentos que nadie le prestaba ni un centavo.
La transacción se repetiría en varias ocasiones hasta superar los 3.000 millones de dólares. En Bolivia, Venezuela ha asistido en la modernización de su Ejército, mientras que en Brasil ha invertido en obras de infraestructura.
ALBA
La muerte de Hugo Chávez, cuyo liderazgo regional se ha visto plasmado de forma especial en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA), deja a ese mecanismo, que en sus ocho años de andadura se ha articulado como un “eje antiimperialista”, en una situación incierta.
Además, Chávez fue uno de los principales impulsores de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac). De igual manera se lo considera fundador de la Unión de Naciones Suramericanas y pieza clave en el Mercosur.
VENEZUELA CHAVISTA IMPLANTÓ UN NUEVO MAPA COMERCIAL
Desde que Chávez llegó al poder en 1999, las relaciones exteriores de Venezuela -el país con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo- no han dejado de levantar polvareda.
Con la llegada de Ahmadineyad al Gobierno en 2005, la relación entre Venezuela e Irán se ha estrechado tanto ideológicamente como en el sector económico, con cerca de 5.000 millones de dólares de intercambio comercial, además de acuerdos de cooperación en sectores como el energético.
También polémica fue su relación con el jefe de Estado bielorruso, Alexandr Lukashenko, con cuyo país Venezuela tiene un intercambio comercial de 2.000 millones de dólares con acuerdos de construcción, petroleros y de distribución de gas. Los vínculos con Siria datan de 2006 y se han traducido en una treintena de convenios.