El “nuevo gabinete” lanza líneas de tinte más social
Los cambios en el gabinete señalan varias rutas y un solo objetivo: afirmar el proyecto político de la Revolución Ciudadana y garantizar las condiciones para su continuidad.
Por esa vía se entiende el discurso del propio presidente Rafael Correa, el 10 de noviembre en la posesión de los nuevos ministros, en el que volvió a decir que se radicalizará la Revolución y que se juega el todo por el todo el próximo año, aun a costa de perder las elecciones, pero haciendo lo que ha demandado el país y ha propuesto el Gobierno.
Para Francisco Muñoz, docente y analista político, todo esto pasa por una necesidad de reabrir el diálogo y acercarse a los principios que llevaron a Correa al poder. Él recuerda que Correa habló en el 2009, tras ganar la aprobación de la consulta popular y la reelección, de profundizar la revolución que se basaba en temas estructurales por los cuales habían trabajado diversos sectores, como los indígenas, trabajadores, movimientos y se fundamentan en aspectos como el agua, la reforma agraria y la explotación minera.
Para apuntalar esos principios, añade Muñoz, se colocan ahora personas que formaron parte de un sector afín con esos planteamientos, como Fánder Falconí (secretario de Senplades) y Betty Tola (ex asambleísta constituyente).
Ellos, ahora, son piezas clave de esas propuestas iniciales de cambios estructurales. Y a ello se añade una figura de la izquierda más radical de los años 80: Mireya Cárdenas.
Humberto Cholango, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) en su artículo “Nuevos Retos del Movimiento Indígena” planteó que la lucha común está dada en contra de la suscripción de tratados de libre comercio, el reconocimiento de los derechos culturales, el reparto equitativo de la riqueza.
Sin embargo, asegura que pese a contar con puntos en común con el Gobierno, este “en cinco años no ha logrado comprender y entender la dinámica del movimiento indígena y de los sectores sociales”. Para Cholango, los temas fundamentales continúan siendo la aprobación de leyes planteadas en la Constitución del 2008, entre ellas la de aguas, minería, producción y agraria.
Si bien la inversión social ha aumentado en relación a los gobiernos pasados, estos no van más allá de atender necesidades inmediatas, pero no se ha dinamizado la economía rural. Y temas como la ampliación de la frontera petrolera y la proyectada explotación minera han aumentado los conflictos sociales, para el movimiento indígena este es el centro de la disputa con el Gobierno, puntualiza Cholango.
Con Cholango coincide Rodrigo Collahuazo, coordinador de Movimientos Sociales por la Democracia y el Socialismo. Dice que desde sectores de izquierda se plantea que la revolución ciudadana tiene una inmensa deuda con el campo y esta solo quedará saldada con la Revolución Agraria.
Para el catedrático Adrián Bonilla, los cambios realizados en el gabinete son de los más sonados en los cinco años de gestión de Correa y responden a la necesidad de cumplir metas: “Al momento es muy aventurado, si se quiere, asegurar que los cambios planteados surgen ante un escenario preelectoral”.
Las personas ubicadas en las áreas de coordinación y en los ministerios, secretarías y otras instancias tienen una línea clara y que concuerda con las acciones y la agenda política, añade Bonilla.
Eso explicaría la declaración de Correa el 10 de noviembre: “Haremos lo que tenemos que hacer, compatriotas. Si perdemos las elecciones, las perderemos; pero cumpliremos con nuestra responsabilidad histórica. Lo más fácil sería permanecer cruzado de brazos y esperar las elecciones del 2013, pero no lo haré. Me arriesgaré. Estos últimos meses de Gobierno, escuchénme bien compañeras y compañeros del gabinete, estos últimos meses de Gobierno radicalizaremos la Revolución Ciudadana”.