Ejecutivo evalúa ingreso de orden religiosa al país
El encargo del vicariato de Sucumbíos a un representante de la asociación católica Heraldos del Evangelio (conocidos también como los Caballeros de la Virgen, en lugar de la congregación Los Carmelitas Descalzos, que durante 40 años laboraron en la provincia, ha generado diversas reacciones, incluso del presidente Rafael Correa.
Durante el reconocimiento otorgado el miércoles pasado a monseñor Gonzalo López Marañón, el administrador saliente de la Iglesia de Sucumbíos, el Mandatario cuestionó la decisión del Vaticano y se refirió a la potestad que le concede el Tratado Modus Vivendi al Estado ecuatoriano para vetar cualquier nombramiento de obispo. Similares críticas se replicaron en el último enlace ciudadano.
“Nunca se ha utilizado esta capacidad, que no nos obliguen a utilizarla ahora, pero si se insiste en estos fundamentalismos absurdos de llevar a nuestra Amazonia órdenes que ponen el énfasis en el rito, en los fundamentalismos morales, con trajes medievales en plena selva, tendremos que utilizar esta potestad que nos da el tratado del Modus Vivendi”, sostuvo el gobernante.
Los Heraldos surgieron en Brasil
Según el Consejo Pontificio Para los Laicos, los Heraldos del Evangelio surgieron en los años sesenta, como un grupo de jóvenes católicos de Brasil , que buscaban “reflexionar y rezar juntos”.
A esa experiencia se sumaron otros creyentes que quisieron alcanzar la perfección cristiana y anunciar el Evangelio, pero fue apenas en febrero de 2001 cuando fue reconocido ante el Consejo. Actualmente congrega a más de 4.000 afiliados en 50 países.
No obstante, el historiador Enrique Ayala Mora indicó que a la agrupación se los vincula con los sectores de extrema derecha y que tienen una forma de organización paramilitar, una tendencia opuesta a la que mantenía la orden de las Carmelitas.
Aunque no tiene la certeza de que el Gobierno pueda vetar una designación del Vaticano, Ayala Mora explica que el Estado mantiene contratos con todas las misiones que colaboran en el país, por lo que “si el Vaticano cambió a la misión el Estado no tendría que seguir cumpliendo obligaciones con misioneros con los que no tiene contrato”.
Tras destacar la labor del clérigo López Marañón en la provincia amazónica, el historiador indicó que está dentro de las facultades del presidente Correa extender un comunicado a la máxima autoridad de la Iglesia Católica expresando su desacuerdo con el encargo del vicariato a los Heraldos del Evangelio.
Mientras monseñor López prefiere mantenerse al margen, pues asegura que su corazón permanece en Sucumbíos, pero que su vocación es ser respetuoso de las decisiones del Vaticano. Al momento reside en Quito.
Este diario intentó comunicarse con los representantes de Los Heraldos del Evangelio, pero desde la Iglesia de Sucumbíos indicaron que los sacerdotes no se encontraban disponibles.