“Directiva de Aules no entró por la ventana a la Fenocin”
Atrincherado en la oficina principal de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras, en Quito, Andrés Mendoza, quien en la directiva de Leandro Aules es dirigente nacional de Comunicación Social, explicó por qué no dejan ingresar para posesionarse a la nueva directiva presidida por Santos Villamar, electo en el Undécimo Congreso de la Fenocin, el 16 de marzo pasado, por 36 de las 45 agrupaciones que la integran.
¿En la Fenocin, al parecer, una de las dos directivas que hay ahora quiere imponerse por la fuerza?
El Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) emitió a ellos (directiva de Villamar) un nombramiento, deslegitimando a nuestro directorio (de Aules). En el oficio dice que deja insubsistente la directiva registrada, pero el MIES se olvidó que ellos mismos, el 18 de enero pasado, nos ratificaron.
Se olvidan del oficio en donde Luis Andrango, expresidente de la Fenocin y afín a Villamar, quien no ha rendido cuentas del manejo económico, fue quien el 12 de diciembre de 2012 solicitó la derogatoria de nuestra directiva.
¿QUIÉN ES?
Nombre: Andrés Mendoza Nacionalidad: ecuatoriana, nacido en Vinces, provincia de Los Ríos
Edad: 24 años
Ocupación o cargo: Dirigente nacional de Comunicación Social de la Fenocin
¿Quién les nombró a ustedes?
Autoconvocamos a un congreso de la Fenocin y tuvimos elecciones el 19, 20 y 21 de octubre en Cuenca (Azuay), para reemplazar a la directiva de Andrango, quien ya estaba en funciones prorrogadas.
¿Quiénes participaron de esas elecciones?
Alrededor de 40 de las 63 organizaciones de base.
¿En dónde está el problema?
El MIES, hasta el momento, no nos entrega una notificación oficial en donde nos diga que nuestra directiva está siendo derogada y bajo qué argumentos, por lo tanto no hemos salido de la Fenocin.
¿Por qué pidió Andrango derogar a la directiva de ustedes?
Porque supuestamente la directiva liderada por el compañero Aules se había tomado la Fenocin por la ventana (ilegalmente), pese a que presentamos todos los documentos.
¿Qué hay de cierto en que ustedes no quieren dejar la Fenocin porque tienen afanes políticos?
No. Nosotros no tenemos esos objetivos y tampoco es cierto que nos vayamos a unir a la oposición. Más bien nuestro proceso es con el presidente Rafael Correa, porque hay coincidencias con el proyecto político y es una pena que nos esté pasando esto. Gracias a Dios no nos hemos reunido con la derecha ni con la Coordinadora Plurinacional de Izquierdas; eso ni locos, hay que ser coherentes con el discurso.
¿Cómo caen en desgracia?
Eso mismo nos sorprende. Hay que sopesar cosas; nosotros no tenemos asambleístas, no tenemos poder político, tampoco recursos.
Pero tienen a las bases de la organización y podrían agitar...
Eso es diferente y a pesar de eso no hemos provocado broncas contra el Gobierno desde las bases.
¿No descartan movilizaciones si los desalojan de la directiva?
No, porque eso es parte de la incidencia y lo haremos en caso de que nos quieran poner a prueba, porque tenemos poder de movilización. Si nos quieren poner a prueba movilizando a la gente a las calles, lo vamos a hacer.
¿Ni del MPD ni de Pachakutik?
No, no, no. Lo que nos sorprende es que todo el mundo conoce cuál fue la posición de Andrango cuando estuvo con Pachakutik y casi fue candidato de la Coordinadora Plurinacional de Izquierdas, eso sí es real, así como tuvo un convenio con el Gobierno y lo rompió unilateralmente. Y ahora resulta que Andrango está con la nueva directiva de la Fenocin. Él se ha reunido con gente de las listas 18 y 15, ha tenido muchas reuniones en estos dos últimos meses.
¿Cuánto mueve de presupuesto anualmente la Fenocin?
Anualmente la Fenocin manejaba entre $2 millones y $3 millones.
¿De dónde vienen esos recursos?
De la cooperación internacional, de SAL y FOS, de Suecia, y OXFAM, de Inglaterra. Ahora estamos sin dinero porque una de las condiciones para recibir esa cooperación es que si no salía reelecto el directorio de Andrango o alguien afín, cortaban los fondos, y eso ha sucedido. Eso nos duele un poco, pero así son las cosas.
¿No será que aparte del manejo de ese presupuesto, en juego también está el manejo político y por eso más bien las diferencias y la disputa por dirigir la Fenocin?
No lo vemos desde ese punto; se trata de defender la historia de la Fenocin y la institucionalidad porque en juego está la pelea por su democratización.