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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo

Una propuesta es instalar pantallas gigantes en el parque samanes

Comisión estudiará aforo idóneo para misa papal

Una vista aérea del santuario de la Divina Misericordia, ubicado en la vía a la Costa. Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo
Una vista aérea del santuario de la Divina Misericordia, ubicado en la vía a la Costa. Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo
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No es posible garantizar físicamente la seguridad para 1,2 millones de personas que -se prevé- asistirían a la misa en el Santuario de la Divina Misericordia que oficiará el papa Francisco, durante su visita a Guayaquil, el 6 de julio próximo.

A esta conclusión llegó el análisis técnico interinstitucional que fue ordenado por el presidente de la República, Rafael Correa, con el fin de establecer la capacidad del lugar donde se encuentra el santuario, ubicado en el kilómetro 26 de la vía a la Costa. Ayer fue revelado por la secretaria de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo.

Su intervención en el ECU-911 de Samborondón fue corta y no dio lugar a preguntas de la prensa. Una vez leído el informe la funcionaria se retiró de inmediato.

En la elaboración del análisis técnico participaron miembros de la Policía Nacional, del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), de los ministerios de Transporte y Obras Públicas (MTOP), de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi) y de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos.

Esta conclusión se tomó luego de que se evaluó la topografía del sitio y la vía de acceso que también sería utilizada como ruta de salida. En el primer caso se determinó que la irregularidad del terreno representaría un peligro potencial para una avalancha de personas.

Cornejo recordó que las visitas del Papa en ciudades como Brasil o Filipinas, con una concurrencia similar de devotos, se las ha efectuado en explanadas grandes, con múltiples lugares de acceso, que han posibilitado resguardar la seguridad de los asistentes.

El informe ya ha sido notificado, por parte del ministro de Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, a las autoridades del Vaticano.

¿Cuáles serían las alternativas?

En la misma intervención, Cornejo anticipó que ya se trabajará en alternativas para establecer el aforo idóneo, y así garantizar la seguridad física de los asistentes, además del éxito de la misa. “Esperamos que el Papa también sea saludado por los ciudadanos a lo largo de su recorrido vehicular por Guayaquil y que pueda ser visto a través de pantallas gigantes que se instalarían en el Parque Samanes”, manifestó la funcionaria.

Y concluyó que, como Estado, es muy importante el tema de la seguridad física del Sumo Pontífice y de su comitiva. “Tengan la certeza de que vamos a poner todos nuestros esfuerzos para que esto suceda”, dijo Cornejo.

Mientras leía el informe, en pantallas se mostraron fotografías aéreas del santuario, en el que se señalaban los aspectos que impedirían la concurrencia masiva de personas. Además, en las gráficas se mostró  la única vía de ingreso y de salida.

También se reprodujeron imágenes de los escenarios donde el papa Francisco ha oficiado misas en otros países en los cuales se destacó la amplitud.

Mientras tanto el Monseñor Antonio Arregui mencionó en Guayaquil, luego de las declaraciones de Cornejo, que se estima solo la llegada de 700 mil personas a la misa. Debido a esto, el sacerdote considera que la eucaristía se realizaría sin problemas, “la logística está muy avanzada para que los devotos lleguen al Santuario. Nosotros somos los primeros que no queremos poner en riesgo la seguridad de los asistentes. Abrir el lugar un día antes no presentaría mayores dificultades”. (I)

San Salvador espera a 285 mil peregrinos

La capital salvadoreña vive un clima de fiesta por la beatificación del asesinado arzobispo Óscar Arnulfo Romero. Las principales vías de la capital están adornadas con imágenes del religioso que en distintos idiomas dan la bienvenida a los visitantes a San Salvador.

Ayer amanecieron cerradas algunas de las principales arterias capitalinas que rodean la plaza Salvador del Mundo, donde una multitud de obreros trabajaba en instalar toldos, tarimas, pantallas gigantes y sistemas de sonido.

A un costado, una decena de jóvenes armados de guitarras y tambores danzaban y entonaban canciones religiosas, al tiempo que lanzaban gritos de “Viva Romero”.

“Es el pastor que Dios nos mandó. No lo pude conocer porque ya lo habían matado cuando nací, pero yo lo veo (a Romero) como una esperanza de tiempos mejores para mi país, que sufre tanto con la violencia y la pobreza”, comentó Romeo Barquero, un estudiante de 23 años.

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