Mediante un comunicado de prensa, la Cancillería rechazó lo que denominó una “infundada acusación del presidente  Barack Obama”, quien, a través del  portavoz del Departamento de Estado, habría pedido que en Ecuador se respete la libertad de prensa y se asegure que los periodistas puedan realizar sus actividades sin amenazas o sanciones.

La Cancillería cree que aquella acusación de Obama se debería a “una cuestión sobre la cual ha sido evidentemente mal informado”.

También se “repudiaron”, las que llamaron “temerarias” declaraciones del portavoz  del Departamento de Estado, Mark Toner, quien  habría dicho que César Ricaurte ha sido objeto de amenazas de muerte por su reciente testimonio ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. 

En el documento, el Ministerio  señala que aquellos criterios “no se ajustan a la realidad que impera en el país en el ámbito de la libertad de expresión y del respeto de los derechos humanos, incluyendo la dignidad y libertad de todas las personas, sin excepción alguna. Además, que los periodistas saben que cuentan con las garantías de ley”.

Para la Cancillería, estos hechos evidencian “una campaña de descrédito contra el Estado y sus instituciones, lo cual revela las verdaderas intenciones de quienes utilizan el engaño y la manipulación informativa con fines políticos”.