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El Telégrafo

Baltasar Garzón: Estaré encantado de prestar ayuda

Baltasar Garzón: Estaré encantado de prestar ayuda
04 de mayo de 2011 - 00:00

¿Puede haber un mal más grave que la corrupción?

La corrupción es el cáncer de la democracia y por tanto si la democracia es la esencia de un país, entonces sí, es el peor mal que puede tener una nación, o por lo menos uno de los peores.

¿Cuál causa mayor daño, la corrupción en el sector público o o la del privado?

Tanto en el uno como en el otro. El sector público es el ejemplo que se debe seguir y de presentarse este mal se quebranta el Estado y se pierde la confianza de los ciudadanos; mientras que en el sector privado, hoy en día las fuerzas de ese sector impactan de lleno en todo lo público y por tanto, si hay corrupción, llega a afectar.

¿Cómo erradicar la corrupción?

Con criterios firmes, con una convicción de todos de luchar contra ella, con controles rigurosos y, sobre todo, con la aplicación de los mismos. Hay que estar convencidos de que la única forma de que el sistema democrático se fortalezca es con la desaparición de la corrupción.

¿Un nuevo marco legal puede ayudar?

Las leyes prácticamente están dadas casi todas, lo importante es aplicarlas debidamente y para todos sin excepción.

¿Pero en otros países ha ayudado el endurecimiento de penas?

No creo que es necesario un endurecimiento de penas, sino el cumplimiento de las que existen y si hay que modificar algunas a un comportamiento más o menos grave, hay que hacerlo, pero siempre guardando la proporcionalidad.

¿Es posible implementar una justicia independiente?

Es posible y absolutamente necesario; es una esencia en un Estado democrático y de derecho. La justicia tiene que ser independiente e imparcial, si no es así, lo demás no funciona.

¿Qué se debe hacer para conseguirlo?

Hay que establecer los parámetros, tanto de exigencia de contenidos, de preparación científica, de convicciones, de medidas que protejan esa independencia, pero también con exigencia de responsabilidades para aquellos que los quebranten y con controles firmes para evitar cualquier tipo de comportamiento ilícito y exigiendo una justicia rápida, ágil y eficaz.

¿La reestructuración de la justicia incluye a fiscales y policías?

Reestructurar la justicia significa que responda a los cánones que se le exigen en un sistema democrático. Aquello que esté funcionando bien no hará falta de toparlo, y aquello que no funcione será necesario prestarle la atención debida, pero no solo en Ecuador, sino en cualquier parte del mundo.

¿Cuánto puede aportar una consulta popular?

En cualquier caso la consulta popular lo que sirve es para darle la oportunidad al pueblo de opinar en un ejercicio de la democracia directa en aquellos problemas que le afectan de forma principal, por tanto, ayudará en aquello que el pueblo quiera.

El Presidente de Ecuador hizo público un ofrecimiento para que usted colabore en el proceso de reestructuración de la justicia ecuatoriana. ¿Lo ha analizado?

Sí, claro que sí. Me honra que  pidan mi ayuda. Yo lo único que tengo son treinta años de experiencia como juez, comprometido y por lo menos así lo entiendo yo, y por lo tanto, si mi experiencia puede servir para mejorar esquemas de justicia, pues estaré encantado de prestar esa ayuda. En todo caso, es un honor que me haya hecho esa propuesta.

¿Dos años es tiempo adecuado para una reestructuración de la justicia?

No me atrevo a hablar de tiempos ni a dar fechas, porque exige no solo las normas adecuadas, sino también los medios para desarrollarla, la convicción y firmes propósitos de hacerlo entre todos los componentes políticos, sociales y jurídicos, porque esta es una cuestión de Estado y una vez que se superen las cuestiones de consultas etc., tendrá que ser toda la sociedad ecuatoriana la que se ponga manos a la obra, porque si no será complicado.

¿Cuál debe ser el perfil de un juez?

Un profesional dinámico, independiente, humanista, conocedor de los problemas de la sociedad; un juez debe estar contaminado de sociedad y que no aspire a algo diferente que no sea el desarrollar el servicio público de la justicia, proteger a los ciudadanos, incluso dar todo de sí para ello.

¿En algún momento un juez puede hacer política, usted lo hizo?

Fue un breve paso del cual no tengo buenos recuerdos. La política y la justicia no son buenas compañeras, son ámbitos diferentes de lo público y por tanto los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se tienen que complementar en el sentido de respetarse; y si llegan a discrepar, también defenderse, pero sin olvidar que los tres forman el Estado y que no puede ir uno por su lado, sino en forma integradora.

¿Cómo se puede combatir la inseguridad ciudadana?

La inseguridad ciudadana y la inseguridad jurídica se combaten y reprimen con derecho, con garantías y con firmeza; pero, sobre todo, con el cumplimiento de todas las garantías, con una exigencia muy firme a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, cuerpos policiales, para que purificando cada una de sus actuaciones se conviertan en elementos democráticos de acción.

¿Puede haber un mal más grave que la corrupción?
La corrupción es el cáncer de la democracia y por tanto si la democracia es la esencia de un país, entonces sí, es el peor mal que puede tener una nación, o por lo menos uno de los peores.
¿Cuál causa mayor daño, la corrupción en el sector público o o la del privado?
Tanto en el uno como en el otro. El sector público es el ejemplo que se debe seguir y de presentarse este mal se quebranta el Estado y se pierde la confianza de los ciudadanos; mientras que en el sector privado, hoy en día las fuerzas de ese sector impactan de lleno en todo lo público y por tanto, si hay corrupción, llega a afectar.
¿Cómo erradicar la corrupción?
Con criterios firmes, con una convicción de todos de luchar contra ella, con controles rigurosos y, sobre todo, con la aplicación de los mismos. Hay que estar convencidos de que la única forma de que el sistema democrático se fortalezca es con la desaparición de la corrupción.
¿Un nuevo marco legal puede ayudar?
Las leyes prácticamente están dadas casi todas, lo importante es aplicarlas debidamente y para todos sin excepción.
¿Pero en otros países ha ayudado el endurecimiento de penas?
No creo que es necesario un endurecimiento de penas, sino el cumplimiento de las que existen y si hay que modificar algunas a un comportamiento más o menos grave, hay que hacerlo, pero siempre guardando la proporcionalidad.
¿Es posible implementar una justicia independiente?
Es posible y absolutamente necesario; es una esencia en un Estado democrático y de derecho. La justicia tiene que ser independiente e imparcial, si no es así, lo demás no funciona.
¿Qué se debe hacer para conseguirlo?
Hay que establecer los parámetros, tanto de exigencia de contenidos, de preparación científica, de convicciones, de medidas que protejan esa independencia, pero también con exigencia de responsabilidades para aquellos que los quebranten y con controles firmes para evitar cualquier tipo de comportamiento ilícito y exigiendo una justicia rápida, ágil y eficaz.
¿La reestructuración de la justicia incluye a fiscales y policías?
Reestructurar la justicia significa que responda a los cánones que se le exigen en un sistema democrático. Aquello que esté funcionando bien no hará falta de toparlo, y aquello que no funcione será necesario prestarle la atención debida, pero no solo en Ecuador, sino en cualquier parte del mundo.
¿Cuánto puede aportar una consulta popular?
En cualquier caso la consulta popular lo que sirve es para darle la oportunidad al pueblo de opinar en un ejercicio de la democracia directa en aquellos problemas que le afectan de forma principal, por tanto, ayudará en aquello que el pueblo quiera.
El Presidente de Ecuador hizo público un ofrecimiento para que usted colabore en el proceso de reestructuración de la justicia ecuatoriana. ¿Lo ha analizado?
Sí, claro que sí. Me honra que  pidan mi ayuda. Yo lo único que tengo son treinta años de experiencia como juez, comprometido y por lo menos así lo entiendo yo, y por lo tanto, si mi experiencia puede servir para mejorar esquemas de justicia, pues estaré encantado de prestar esa ayuda. En todo caso, es un honor que me haya hecho esa propuesta.
¿Dos años es tiempo adecuado para una reestructuración de la justicia?
No me atrevo a hablar de tiempos ni a dar fechas, porque exige no solo las normas adecuadas, sino también los medios para desarrollarla, la convicción y firmes propósitos de hacerlo entre todos los componentes políticos, sociales y jurídicos, porque esta es una cuestión de Estado y una vez que se superen las cuestiones de consultas etc., tendrá que ser toda la sociedad ecuatoriana la que se ponga manos a la obra, porque si no será complicado.
¿Cuál debe ser el perfil de un juez?
Un profesional dinámico, independiente, humanista, conocedor de los problemas de la sociedad; un juez debe estar contaminado de sociedad y que no aspire a algo diferente que no sea el desarrollar el servicio público de la justicia, proteger a los ciudadanos, incluso dar todo de sí para ello.
¿En algún momento un juez puede hacer política, usted lo hizo?
Fue un breve paso del cual no tengo buenos recuerdos. La política y la justicia no son buenas compañeras, son ámbitos diferentes de lo público y por tanto los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial se tienen que complementar en el sentido de respetarse; y si llegan a discrepar, también defenderse, pero sin olvidar que los tres forman el Estado y que no puede ir uno por su lado, sino en forma integradora.
¿Cómo se puede combatir la inseguridad ciudadana?
La inseguridad ciudadana y la inseguridad jurídica se combaten y reprimen con derecho, con garantías y con firmeza; pero, sobre todo, con el cumplimiento de todas las garantías, con una exigencia muy firme a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, cuerpos policiales, para que purificando cada una de sus actuaciones se conviertan en elementos democráticos de acción.

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