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Policía comunitaria ha ayudado a controlar la situación

Vecinos de dos sectores piden más resguardo

Vecinos de dos sectores piden más resguardo
17 de agosto de 2014 - 00:00 - Ditter Ordóñez y Nicolás Leiva, estudiantes de Comunicación de la UEES

Los locales de comida rápida, que por lo general son emprendimientos familiares, suelen ser los sitios preferidos por los antisociales.

Enrique Esparza, propietario de Asados del Gordo Kike,  hace 6 meses abrió el restaurante en la calle Dolores Sucre, de la ciudadela La Saiba, en el sur de Guayaquil. Él está preocupado debido a que locales cercanos ya han sido asaltados. Comenta que se ha percatado de que existe gente sospechosa que “merodea el sector en moto”.  

Esparza propone la creación de un sistema de sirenas interconectado en todos los locales con el fin de proteger a los clientes y ahuyentar a los delincuentes.

En el barrio también hay restaurantes y panaderías.  Pero los clientes, en varios de esos locales de comida rápida,  no tienen la opción de ingresar y sentarse para servirse en una mesa, sino que deben estar parados o sentados en bancas sobre la vereda.  Estos clientes son los que están más expuestos. Adrián Baquerizo, quien frecuenta estos comedores, recordó que, precisamente, en uno de esos sitios él y su hermano fueron asaltados cuando comían.

Wilmer Bravo, empleado de un local de la zona, relató que en los 10 años que lleva trabajando en ese establecimiento ha sido asaltado muchas veces.  

En la mayoría de casos, explicó,  los delincuentes no se interesan por el dinero de la caja registradora, sino que prefieren quitar los objetos de valor a los consumidores: billeteras, cadenas, anillos y particularmente los celulares.

En la zona funcionaba un sistema de seguridad, implementado por la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) cercana, que consistía en informar a los policías con un dispositivo, idéntico al botón de pánico de los vehículos, pero no tuvo aceptación ni uso.

Mauricio Navas, propietario del local “Mandingo”, que tiene 3 años en el sector, opinó que el sistema era poco efectivo ya que en el momento de un asalto es casi imposible tener libertad de moverse para acercar al poste de luz y presionar el botón.

Para la policía Nury Tamayo, quien lleva 7 meses de servicio en el sector, los asaltos a locales no son el mayor problema, sino el que se comete contra los peatones. Al menos una vez al mes son alertados por ataques a los clientes.

Unas de las soluciones implementadas es un sistema de marcado rápido con los teléfonos celulares para alertar a los agentes.

En la ciudadela La Alborada, al norte de ls ciudad, se reporta una situación similar. Consumidores de locales de comida y transeúntes denunciaron que habían sido víctimas de asaltos o testigos de esos eventos. María Fernanda Aspiazu recordó que sufrió un asalto cerca al City Mall. Ella relató que cuando se encontraba estacionada con su vehículo afuera de un local de comida dos ladrones le quitaron sus pertenencias.

La vecina Jacqueline Johnson también  estuvo cerca de ser atacada cerca de un local de venta de bolones. “Ingresé y al poco tiempo entraron dos sujetos armados, gritando y pidiendo todas nuestras pertenencias. Afortunadamente no me pasó nada porque me metí a la cocina”.

Narcisa Constantine, dueña de un local de comida en la sexta etapa de La Alborada, considera que en todas las calles de Guayaquil hay riesgos. Ella no se siente tranquila a pesar de haber contratado seguridad privada.  Hasta ahora no ha sufrido ningún asalto en su local.

Sin embargo, en ambos sectores, algunos vecinos no ven como perjudicial la apertura de los locales de comida.  Aseguran que una vez que los UPC empezaron a funcionar cerca, los asaltos han disminuido.

DATOS

Los agentes de las Unidades de Policía Comunitaria trabajan en prevención con los dirigentes barriales. Analizan los problemas y de manera conjunta buscar las soluciones.

Los planes de seguridad comunitaria “Barrio Seguro” y “Desarmemos a los Delincuentes” tienen por objetivo una mayor participación de la ciudadanía organizada en la lucha contra el hampa.

En 2012 se anunció la participación de 9 asociaciones distritales en Guayaquil, las cuales congregarían a más de 26.000 líderes de 484 sectores organizados de
la ciudad Puerto.

En enero de 2014 las autoridades indicaron que existían 1.620 Barrios Seguros, 2.034 Locales Comerciales Seguros y 970 Alarmas Comunitarias, lo que ha reducido considerablemente el crimen.

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