Las últimas horas de 2012 comenzaron a ser festejadas en varios puntos de la ciudad. Entre el viernes y sábado pasados, empresas y trabajadores de oficinas se adelantaron quemando los monigotes con lo que despidieron el año.

En barrios y ciudadelas -pese a la prohibición oficial en la venta de productos elaborados con pólvora- se escuchaba la detonación de pirotecnia por parte de niños, jóvenes y adultos que anticipadamente celebraban el nuevo año.

El Municipio de Guayaquil, el Cuerpo de Bomberos y el Ministerio de Ambiente (MAE) hicieron recomendaciones sobre cuidados y reglamentos que deben tomarse en cuenta al momento de quemar los monigotes y manipular explosivos.

El Cabildo, en su página web, recordó que existen ordenanzas vigentes que estipulan que se podrán quemar los años viejos únicamente sobre calles o avenidas construidas con hormigón o que sean solamente rellenadas con cascajo, además de veredas y solares no edificados, guardando las debidas precauciones.

Por lo tanto está prohibido incinerar en las calles y avenidas asfaltadas (pavimento asfáltico de color negro) y en la calzada por los daños que el fuego ocasiona en el asfalto. También están restringidas las áreas que han sido sometidas a la regeneración urbana (adoquinadas o ajardinadas).

El Municipio informó que aquellos que incumplan las ordenanzas serán sancionados de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 427 del Código Orgánico de Ordenamiento Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad).

El estatuto contempla la detención de hasta siete días del o los responsables del hecho, sin perjuicio de la imposición de multas y la imputación del pago del costo de los trabajos incurridos en la reparación o reposición de los bienes destruidos.

Los daños ocasionados en las vías asfaltadas o zonas regeneradas serán responsabilidad del propietario o arrendatario del predio más cercano al lugar donde se produzca la quema de monigotes.

Varios ciudadanos, como Jefferson González, en Ayacucho y la 19, prevén utilizar planchas metálicas para evitar dañar el asfalto negro en sitios que no hay espacio para hacerlo. “Las veredas son angostas y entre los vecinos nos apoyamos para hacer una sola quema con las precauciones del caso para evitar dañar la calle”, manifestó González.

Por su parte, Martín Cucalón, jefe del Cuerpo de Bomberos, señaló que está prohibido usar camaretas, bengalas, chispeadores, tumbacasas, entre otros fuegos pirotécnicos.

Asimismo, recordó que quienes fabriquen, almacenen, transporten o expendan estos productos serán sancionados. La ley establece multas hasta de 5.000 dólares y reclusión de 3 a 6 años (Art. 31 de la Ley de Fabricación, Importación, Exportación, Comercialización y Tenencia de Armas, Municiones, Explosivos y Accesorios).

Cucalón reiteró, además, que no se han otorgado permisos para expendio o almacenamiento de artefactos pirotécnicos.

Mientras que, el MAE recordó que las actividades tradicionales de las últimas horas de cada año (uso de automotores, quema de monigotes y pirotecnia) representan un factor contaminante y poco amigable con la ecología.

Por ello se recomienda, para disminuir el impacto ambiental, el uso de monigotes elaborados con papel periódico o papel rehusado (hojas impresas a doble lado). Este material, según la entidad, se consume más rápido que el aserrín y evita que haya   mayor cantidad de emisiones de gases contaminantes.

En consecuencia con esta sugerencia, no se aconseja comprar o construir monigotes con materiales plásticos.

Si no se prescinde de materiales contaminantes, se recomienda quemar muñecos de menor tamaño posible para disminuir la emisión de GEI (gases de efecto invernadero).

Luego de la quema de los monigotes, si estos fueron elaborados con madera, el MAE exhortó a reutilizar los residuos que quedan después de la combustión. Las cenizas pueden servir como abono.

Los monigotes gigantes que se levantan en el Suburbio y otros puntos de la ciudad no serán quemados mañana, sino en el transcurso de los primeros días de enero, bajo normas de seguridad.