Monigotes de material ecológico ganan aceptación en la urbe
Un dibujo de Groucho Marx, el recordado comediante estadounidense de cejas y bigotes espesos, lentes redondos y un habano, es el modelo que se utiliza en un monigote, de aproximadamente 15 cm de altura, que cada año gana preferencia en varios puntos del país.
En la urbe, este minimonigote se comercializa en las papelerías ubicadas en San Marino y Mall del Sol. También se lo encuentra en Village Plaza y La Piazza, en la vía a Samborondón.
María Cristina Velasco y Daniel Erazo conforman una pareja de esposos que mentalizó y creó, hace cuatro años, esta alternativa de monigote. Los pequeños muñecos se comercializan en cajas con el nombre de “Don Monigote”, que incluye varios elementos, además del producto principal que es elaborado con tela y papel.
Una minilibreta para escribir los buenos deseos para el año venidero, un pequeño papel con cábalas para fin de año y una bolsa que contiene polvos mágicos (mirra, incienso, sahumerio, sándalo y hojas benditas, alhucema, palo santo, romero, hierba contra la maldad, injusticia y envidia).
Este año. junto a la bandeja de aluminio con más profundidad y la lija para los fósforos, incluidos en la caja, se adjuntó al muñeco una pequeña corbata. El precio es de $ 5,99.
Entre la ciudadanía, algunos ya ven al pequeño monigote como una tradición en oficinas y otros lugares de trabajo.
Ana María Carrión, quien trabaja en un bufete de abogados, en el centro de la urbe, comentó que conoció el producto en el año 2009.
“En el centro, si no tienes terraza, no puedes quemar el año viejo en el último día laboral de diciembre”, aseguró Carrión.
A través de un reportaje en televisión, supo de esta “opción de bolsillo” y no esperó para conseguir el suyo. “Lo conseguí en verde para que me dé suerte en el trabajo... hasta ahora, no me ha fallado”, indicó.
“Don Monigote” viene en cuatro colores dependiendo de la cábala que el comprador quiere aplicar para el año venidero.
El azul, representa paz, armonía, bondad y salud; el rojo, amor, pasión, dominio y deseo sexual; el verde es para el dinero, negocios y prosperidad, y el negro para alejar los poderes negativos.
Velasco, creadora del producto, comentó que este año se alcanzaron 15.000 unidades para la comercialización no solo en la ciudad, sino también en varios puntos del país.
En 2009, el primer año en que se vendió este muñeco, se produjeron 2.000 unidades.
“Incluso, hemos extendido la venta hasta Colombia y para el siguiente año planeamos hacerlo en Perú y Brasil”, manifestó Velasco.
La empresaria destacó que fueron asesorados por el Ministerio de Ambiente para que el producto tenga materiales que no contaminen el ambiente.
Monigotes ecológicos son tradición en la Espol
La Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), desde hace 17 años, organiza un concurso de años viejos ecológicos con el propósito de impulsar alternativas no contaminantes para despedir los últimos días de diciembre.
Raúl Paz, creador de la iniciativa, explicó que los monigotes grandes, pintados con sustancias que contienen pigmentos con plomo, al quemarlos producen un gas llamado dióxido de azufre, que luego se evapora y forma parte de las nubes.
“Los estudiantes presentan alternativas elaboradas con frutas y plantas, con algo de madera”, detalló Paz, quien trabaja como profesor del Instituto de Ciencias Químicas de la Espol.
El jueves pasado se desarrolló la última edición del concurso bajo el lema “La Espol no quema, la Espol siembra”. La gestión también se desarrolla en instituciones educativas de Milagro.
Paz refirió que es importante que la ciudadanía tome en consideración los materiales que componen los monigotes.
La pintura en ocasiones tiene plomo, sustancia que se mezcla con las nubes y luego regresa en forma de lluvia ácida. Los fuegos pirotécnicos, además de que representan peligro al ser manipulados, también contienen elementos con impacto ecológico negativo.