Los visitantes frecuentes del Parque Centenario, ubicado en el centro de la ciudad, no recuerdan con exactitud la última vez que vieron fluir agua de las dos piletas.

Rubén Vásconez, de 80 años, es uno de los residentes de la ciudad que labora en el sitio.

¿Cuándo vio funcionar por última vez la ‘Fuente de los leones’? “Hace más de tres años”, calculó el hombre de la tercera edad. Con lo mismo coinciden las personas que a diario visitan el lugar.

El mismo descuido se observa en la fuente circular, la más grande del Parque Centenario. Tuberías metálicas -de la que fue en su momento la pileta más grande e importante del cantón- están expuestas al sol. Los conductos están oxidados y hay estiércol de palomas por doquier. “Tampoco funciona hace más de tres años”, dijo Juan Rodríguez, de 70 años, quien comercia en el sector.

En octubre de este año, la Fundación Guayaquil Siglo XXI se encagó de la limpieza de la Columna de los Próceres y de las esculturas de las varias entradas. Sin embargo, hasta ayer, todavía seguían en mal estado la ‘Fuente de los leones’ y la pileta principal.

Según el Código Orgánico de Organización, Autonomía y Descentralización (artículo 55), es competencia exclusiva de los cabildos “planificar, construir y mantener la infraestructura física y los equipamientos de salud y educación, así como los espacios públicos destinados al desarrollo social, cultural y deportivo”. En este caso, sería el Municipio de Guayaquil.

En esa misma línea, el artículo 1 de la ordenanza de la Dirección de Áreas Verdes, Parques y Movilización Cívica, reza que dicha instancia seccional puede “conocer y coordinar los trabajos de construcción, rehabilitación, reparación y mantenimiento de parques, áreas verdes y áreas recreativas o comunales, que fueren ejecutados mediante administración directa por la Dirección de Obras Públicas Municipales, o por contratación, concesión, movilización cívica (mingas) o cualquier otro mecanismo previsto en la ley, utilizado por la entidad”. El documento fue aprobado en el 2000 por el alcalde Jaime Nebot Saadi.

El citado espacio es parte del patrimonio cultural de la ciudad. El Parque del Centenario, con su columna y monumentos, a más de jardines, una amplia glorieta destinada a conciertos y su fuente de agua, fue inaugurado el 9 de octubre de 1920 por el presidente constitucional de la República, José Luis Tamayo, y concluido en 1937, cuando se colocaron las últimas estatuas alegóricas.

En cambio, el 30 de noviembre de 1917, el Concejo Cantonal expidió la ordenanza por medio de la cual se acordó “Denominar Plaza del Centenario de Octubre” donde se erigió la Columna a los Próceres del 9 de Octubre de 1820.