7 personas mantienen La tradición en el centro de la ciudad
Aquellos fotógrafos ‘añejos’ del Parque Centenario
El Parque Centenario nos recibe con la majestuosa columna de los próceres del 9 de Octubre. Este sitio parece haberse estancado en el ayer del Guayaquil porteño.
En sus bancas reposan personas despreocupadas. Dentro de él se observa a transeúntes que caminan con rapidez para llegar a sus trabajos, además de los vendedores que se mezclan con la multitud para formar parte del paisaje.
Una de las principales atracciones del parque son los famosos fotógrafos, que con sus antiguas cámaras atraen al cliente; es difícil que el pequeño caballito de madera no enamore a los pequeños.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo la tecnología va dejando atrás a la fotografía blanco y negro. Muchos de esos materiales están escasos, por ello los fotógrafos han innovado sus herramientas.
Abdón Leones Zambrano labora desde hace 44 años en el parque Centenario; su vieja compañera es una reliquia con la que trabaja desde las 08:00 hasta las 18:00.
Comenta que la fotografía en blanco y negro empezó a tener fuerza en las décadas de los 60 y 70.
La demanda en aquella época era alta, pues eran pocos los fotógrafos y hasta se tenía que hacer cola para tomarse una foto.
Alrededor del parque puede encontrar a siete fotógrafos que aún conservan la cámara de cajón. En aquella época las ganancias alcanzaban para mantener el hogar y tratar de cubrir las necesidades básicas, pero con la llegada de la cámara a color la rentabilidad ha decaído ya que ahora la mayoría de las personas tiene una cámara.
Por ello decidieron no utilizar la cámara de cajón sino seguir la moda de la era digital. Los precios son accesibles: están entre los $2 y los $ 2.50
Los extranjeros quedan cautivados ante las antiguas cámaras e inmortalizan el momento.
La cámara de fuelle o cajón, como la digital, cumplen con la misma función: capturar momentos, situaciones que quedaran marcadas en el papel.